Abrir el corazón al universo entero
Del evangelio de Jesús y la Samaritana Jn 4,1-45 [i]
Lo más interior de nosotros está fuera, y ahí nos toca mirar en nuestros viajes a la interioridad sino queremos hacer una introspección ilusoria; mirarnos en las acciones que realizamos, las relaciones que desarrollamos ,en las reacciones que provocamos en los demás ,en las huellas que vamos dejando en la vida, en todo ello, buscar nuestra más íntima verdad. Escuchar y estar atentos a nuestra vida y la de los demás. Escuchar al espíritu que se mueve por donde quiere. ”El mundo entero es cuerpo sensible de lo divino “dice S. Weil y San Juan de la Cruz dice que “prendado lo dejó de su hermosura”
Ni vosotros ni nosotros, nadie tiene la esencia de la fe y el privilegio del trato con Dios dijo Jesús a Samaritana cuando preguntó por el desencuentro que había entre los dos pueblos. El nuevo culto necesita una apertura a la realidad, “En espíritu y de verdad”, por tanto nada prefijado, nada lo puede contener, por lo que el seguimiento de Jesús lleva implícito el movimiento, el cambio sus palabras estaban llenas de dinamismo, de acción “Venid y veréis, buscad y hallaréis” dice en otro pasaje. Nos pone de cara a la vida, de cara al mundo.
El sentido de la vida ha de buscarse en el mundo y no encerrado en sí mismo, como una autorrealización defensiva o protectora y exclusivista; el sentido de Dios también. Lo que le contesta Jesús cuando Samaritana le pregunta dónde dar culto a Dios le responde que ha de ser “en espíritu y de verdad” Así de claro es Jesús y así lo afirma, dedicarse al cultivo de la autenticidad personal es lo que le sugiere “es el culto que quiere el Padre” que brota del espíritu y se desarrolla en la verdad, nuestra verdad y la de todos los seres humanos. Un culto de verdad y verdadero ¡honesto! La honestidad es una cualidad de la verdad. Recuerdo el salmo que dice: “dichoso el que con vida intachable se acerca al Señor”. La vida intachable es la honestidad con nosotros mismos y con los demás, que no quiere decir que tengamos muchas cosas buenas sino que sepamos reconocernos en lo que somos, ante nosotros, los demás y ante Dios “en espíritu y de verdad”. La honestidad con la que te presentas ante los seres humanos. La honestidad que la concordancia de nuestros actos con nuestros pensamientos, que es nuestra verdad más verdadera. De eso nos dice que tenemos que hablar con Dios.
“Veo que eres profeta, Nuestros padres daban culto en este monte; vosotros en cambio decís que es en Jerusalén donde hay que dar culto” ¿Qué vio esta mujer para descubrir en Jesús un profeta? Jesús acepta la nominación que hace de él la mujer, no la rechaza. ¡Profeta! Así fue, lo que dice Jesús y lo que es, tiene el sello de la profecía: vida rica en significado, referencia, estímulo, aliento, clarividencia y deseo de justicia; la justicia que te permite sostenerte en la vida, encontrar y desarrollar fundamentos para la existencia; la justicia que ilumina la verdad, es más, me atrevería a decir que es la luz de la vida porque la justicia de Dios es otorgar vida. Nos llama a nacer de nuevo que es independizarse del pasado y comenzar de nuevo una experiencia y una vida, una nueva calidad humana.
El evangelio es palabra viva y hoy nos sigue pidiendo lo mismo. Una consecuencia pedagógica que se deriva es la de enseñar a amar la vida no a temerla, enseñar a valorar la vida no a despreciarla, enseñar la libertad no la coerción, enseñar el respeto mutuo no la intransigencia. Enseñar a estar atentos a nuestra vida, a escuchar. No son normas de conducta son experiencias. Enseñar el gozo de Dios en vez del temor de Dios. No solo es más adecuado pedagógicamente sino más acorde con el espíritu del evangelio. El amor crea la nueva relación humana
La actual crisis de la pandemia requiere profetismo; la causa de los enfermos, de los pobres, de las personas sin trabajo, de los que viven solos, de los que son perseguidos y humillados, los segregados y excluidos de múltiples formas y de sutiles maneras, son la causa de Dios; éstos fueron los espacios vitales que ocuparon a Jesús en su vida histórica: los lugares donde dio culto al Padre. Una llamada pues, para construir la cultura de la ayuda mutua, de mutuos cuidados, frente a las angustias que compartimos y eliminar las causas profundamente injustas que llevan al sufrimiento y la postración a todas estas personas víctimas en la pandemia. Tal vez pensemos que en nuestras manos no haya posibilidad de mejorar esta situación, pero si cada uno optimiza su vida en esta dirección el conjunto será armonioso y de concordia. Poner verdad en nuestra vida y no admitir ni secundar las mentiras que nos rodean, y nos mandan por wasap. Tal vez en estos momentos de angustia que vivimos por la pandemia desbocada, cuando no sabemos si nos tocará mañana podía ser un momento para encontrarnos con Dios desde nuestra verdad posiblemente llena de miedo e incertidumbre. Mirar al mundo de forma nueva y tender en la vida una mirada profética. ¿Qué vio Samaritana para descubrir al profeta? Tal vez se sintiera atraída por algo a lo que no pudiera poner nombre, ante un Jesús de mirada amorosa firme y comprometida, más allá de la carne y la sangre, de la etnia y la religión, del género y posición social, mirada sin frontera, universal, forjada en la intimidad de Dios. En este evangelio de desigualdades desencuentros, y encuentros, disparidad y fronteras, Jesús las derriba presentando a Dios, Padre de todos, y se presenta él, como conocedor de su intimidad: “Llega la hora, ya ha llegado, en que los que dan culto auténtico, darán culto al Padre en espíritu y de verdad. Tal es el culto que busca el Padre”. Los ritos y la liturgia prefiguran hoy como entonces una manera de entender a Dios, al clero y a los fieles. ¿Nos dan una imagen de Dios acorde al evangelio? ¿Es el culto que quiere Dios Padre? ¿No promueve Jesús un culto en el que seamos nosotros mismos, un culto de autenticidad? Nuestra inteligencia y nuestra libertad en la iglesia, están delegadas, la de los laicos me refiero. Me llama la atención que sea la obediencia la virtud más pedida para el cristiano y amoldarse, y no tanto, el de ser honestos y verdaderos ¡Jesús que es la verdad! Muy lejos del profetismo de Jesús.
Esta mujer supo intuir y captar el profetismo de Jesús. Nadie puede acometer las causas de otros si primero no las vive en sí mismo. En eso estaba Jesús cambiando la vida de la gente y allí estaba la mujer sacándolo a la luz y recibiéndolo: “Veo que eres profeta”. La actitud de Jesús ante la mujer, los enfermos y excluidos y los problemas de la sociedad define el proyecto de Dios sobre los seres humanos, un Dios al que Jesús llamó Padre. Creo que Samaritana percibió en Jesús a un hombre que estaba entre cielo y tierra, que arrojó luz a su vida a su historia. Entró Samaritana en un dialogó con Jesús generador de humanidad, Créeme mujer ni aquí ni allá será el culto. Ella preguntaba a Jesús por las normas del culto y su cumplimiento, pero Jesús no invita al encuentro con Dios como un precepto, sino como una experiencia “en espíritu y de verdad Por tanto experiencia única y personal. No es ni cómo ni dónde, sino con cuanta verdad buscas a Dios. Es toda una enmienda a la totalidad. No se pueden establecer reglas para el Espíritu porque es imprevisible, no está vinculado como Israel a sus Instituciones, solamente su voz delata su presencia y ella afirma la libertad. El viento sopla donde quiere, no conoce geografía ni lugar el Espíritu. El culto que pide el padre es aquel que permite a Dios ser amor en nosotros. El culto a Dios no tendrá lugar privilegiado, ni personas privilegiadas. El lugar no define lo sagrado, como tampoco el tiempo, tampoco el rango de las personas: Hoy puede ser la eternidad en el corazón de todos los seres humanos. ”El mundo entero es cuerpo sensible de lo divino” dice S:Weil .En no pocas ocasiones se ha hecho de Dios un ídolo y de la oración y la liturgia una superstición. Seguro que encontrarán muchos ejemplos Tenéis que optar por el entendimiento y dejar de chocar unos con otros, dejar de odiaros. El respeto y la alabanza a Dios no puede ser causa de odio. Dios es mayor que nuestros dogmas. A Dios no se le puede utilizar para reclamar privilegios del tipo que sea. Ya ha llegado la hora de creer sin excluir, de una fe integradora, de una fe de convivencia que produzca armonía entre pueblos y personas y florecimiento de vida ¡Dios es Padre! No es un Dios que separe la vida de Él ni se deje crear por los ritos y liturgias o por los lugares de culto querida Samaritano parece que le dice Jesús. El Dios que llega, el que dice Jesús que está llegando no le creamos nosotros, no se amolda a nuestros deseos, no se encierra en los dogmas, no le podemos fabricar y congelar en el culto… Esa no es la esperanza que traigo Samaritana porque de Dios vivo del que vengo y quiere vivir en la historia. Lo que hace el culto a Dios es lo que eres, lo que amas, las razones de tu vida, tus miedos, tus esperanzas, tu anhelo, tus temblores, “en espíritu y de verdad” lo que permitirá abrir el pequeño mundo del propio corazón al universo entero, porque ése es “el culto que quiere el Padre”. No se fundamenta este culto ni en la montaña ni en Jerusalén, en los de arriba y abajo, en unos sagrados y otros consagrados: en el corazón de cada persona. En el corazón de la vida, en el corazón de Dios.
El pasado de Samaritana dejó de manar humillación para dejar lugar al manantial de Dios. Este es un evangelio de prejuicios, desencuentros, de desigualdades y fronteras en el que se manifiesta el amor de Dios por los hombres y mujeres,… Samaritana caminó del turbio manantial al manantial de Dios. Enraizó Samaritana su historia en el amor de Dios. Esta historia es un reflejo de que ni siquiera las debilidades más graves pueden alejarnos nunca de su bondad. Hay un designio amoroso de la providencia. En la sencillez de la vida, en el pozo de la necesidad allí empieza a fluir el agua de vida eterna en el corazón de la mujer. Si nos preguntamos hacia dónde apunta las respuestas de Jesús en este evangelio podemos afirmar que la creación del mañana es una tarea conjunta del ser humano y de Dios.
Jesús será el lugar de comunicación con Dios.
Dios quiere la liberación de toda esclavitud, Jesús la abominaba, también la del poder sagrado que era lo que se dirimía en esta pregunta y en esta querella de samaritanos y judíos, quién tiene más poder para arrogarse la exclusividad de Dios, la exclusividad de cómo tenía que ser el culto. Me duele profundamente y me espante que durante esta pandemia los debates más importantes que han surgido en la iglesia hayan sido el de la comunión en la mano o en la boca y el de la libertad de culto. Yo soy plenamente libre en mi culto a Dios, nadie coarta mi libertad; mi casa, el evangelio, la vida de la gente y mi corazón son su altar.
Jesús apela a una conciencia del despertar y de libertad en una relación con Dios personal .Jesús enseña que en la relación con Dios hay que agarrarse a la historia de cada uno, para poder llegar a Él. “En espíritu y de verdad es el culto que quiere el Padre”. El tiempo nuevo ya ha llegado y es el tiempo del corazón de la vida, y el aliento del espíritu.; anuncia Jesús y afirma que lo que parece inmutable, sacralizado por los años de repetición se puede y se debe cambiar; En muchas cosas la Iglesia no ha salido de Trento. La relación con Dios no puede afianzarse en la seguridad que dan los lugares y los altares, y en quienes los presiden, porque “el espíritu sopla donde quiere”. Si estás encerrado en tu seguridad sagrada por tu cargo sólo te encuentras a ti mismo, desconectado de toda vida y del hilo del mundo. Por eso hay tanta gente que se pregunta ¿dónde está Dios en esta pandemia? Me merece la pregunta mucho respeto pero también pienso que muy pocos nos hacemos la pregunta ¿dónde estoy yo en esta desgracia? Que es la única pregunta que Dios hizo, la sigue haciendo a los seres humanos y es la que le hizo a Caín ¿dónde está tu hermano?
Llega la hora del cambio le dijo Jesús a Samaritana. Dios no pertenece a nadie. No lo patrimonializa nadie. No hay que pedir permiso para estar con Dios. Ya ha llegado la hora, una luz nueva, un nuevo principio ya ha llegado conmigo para el mundo.. El Dios Padre no quiere culto, quiere relación, quiere profundidad, quiere encuentro, quiere experiencia que la bombee el corazón latiendo con Dios.
En espíritu, que es lo mismo que libertad gozosa, sin depender de puntos y comas, de singulares y plurales, de palabras sacralizadas, de derechos adquiridos, en adoración y alabanza que son experiencias profundas de encuentro con Dios. En verdad, como Samaritana que con la ayuda de Jesús se abre con toda su verdad, no niega sus cinco maridos, ni que el sexto no lo es. Ahí está toda su vida ante el judío Jesús. Lo que vale para Jesús es su humanidad herida y que ella quiere levantar. Se queda con Él. Jesús le deja claro que no hay límites en la relación con Dios, que el horizonte del encuentro con Dios Padre es indibujable.
Adentrarnos en el misterio de Dios, no quedarnos en la puerta. Un evangelio que habla del tiempo y de la historia, y lo que pasa en ese tiempo. Y dice Jesús que es la hora del Padre y eso está ocurriendo en nuestro tiempo. “Ha llegado la hora…”. Ahora es nuestra hora, tomemos asiento en Dios. En el fondo de la pregunta por el culto, de Samaritana, no está solo la reflexión por la forma de entender a Dios, sino la forma de entendernos a nosotros mismos y nuestra relación con el mundo. Jesús sacudió con samaritana los cimientos de la religión
Jesús trae contenidos nuevos a la fe. Creo que están sin estrenar ¡! Para cambiarlo, tiene que cambiar la forma de expresarlo y su simbología. Los ritos sacerdotales actuales concitan el mismo poder que Jesús rechazó en su tiempo. No quiere Jesús un culto abstracto. De lo vivo surgirá la vida. Parece mentira que haya que decirlo. ¿Dónde podemos orar? ¿Por qué ese desencuentro si nos podemos entender entre las personas? Jesús le responde situando la relación con Dios donde todos los hombres y mujeres puedan acceder a ello: en el corazón. Es la universalidad del espíritu. No podemos olvidar el hilo profético en el culto a Dios. Las relaciones basadas en la justicia e igualdad son inherentes al anuncio del reino. Jesús trae una visión alternativa a las relaciones excluyente y de odio nacidas del prejuicio, poniendo en marcha una nueva calidad, abrir en la tierra la vida eterna. El espíritu lleva en el corazón el movimiento, el cambio y la audacia. Los amores cobardes no llegan a amores. Me inspiran unos versos de Neruda para terminar:
“Escucha cómo el viento
me llama galopando
Para llevarme lejos
Quiere llevarme, escucha
Cómo recorre el mundo
El viento me llama, me busca”
CONTINUARÁ
[i] Señor, creo que eres profeta. Nuestros padres daban culto en este monte; vosotros en cambio decís que es en Jerusalén donde hay que dar culto.
Le dice Jesús: Créeme, mujer, llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará culto al Padre.
Pero llega la hora, ya ha llegado, en que los que dan culto auténtico darán culto al Padre en espíritu y de verdad. Tal es el culto que busca el Padre.
Acabo de leer una vez tu escrito:»abrir el orazón al universo entero».Me ha gustado mucho por la interpretación que haces del relato de la Samaritana incidiendo sobre todo en «adorar a Dios en ESpiritu y en verdad( o en lealtad como traducen otros)». Aquí esta la clave del pasaje que nos trasnmite San Juan.
Tambien a mi me escandaliza las discusiones de si en la mano de si en la boca o lo de la libertad del culto. Creo que nos falta mucho trecho para comprender en la Iglesia que Dios habla por el hombre. Y que los templos y lo sagrado es cosa del pasado.El vino a hacerlo todo nuevo desde el interior de cada hombre.Por cierto que al leer tu comentario me recuerda mucho a Fray.Marcos, un dominico que comenta el Evangelio en la Web:»fe adulta2 que seguro que conoces.Lo leo todos los domingos y él insiste mucho en esa interioridad de cada ser humano que Jesús nos vino a revelar para beber de es manantial que llevamos cada uno y que no es otro sino su Espiritu que da vida y sacia la sed de cada ser humano.Gracias por el envío.A la pregunta :¿»dónde está Dios en la pandemia»? respondemos con otra pregunta:¿dónde estás en la desgracia»? o»¿dónde esta tu hermano»? del Génesis.