El desafío de ser uno mismo [i]
Evangelio de Jn 7,45-53 «actitud de los dirigentes «
”Dónde falta el deseo de encontrar a Dios no hay creyentes sino pobres caricaturas de personas que se vuelven a Dios por miedo o por interés” S. Weil
Para dar razón de nuestra fe tenemos que saber desde dónde hablamos desde qué experiencia afirmamos o decimos las cosas. ¿Piensas que por creer un conjunto de verdades proclamadas ya tienes fe? ¿Es el siempre ha sido así, la rutina, lo que diseña el discurso o hablas de lo que has vivido en la experiencia? ¿Es el fundamentalismo lo que alimenta tu fe? No nos equivoquemos por no conocer de qué pasta estamos hechos como Nicodemo en este pasaje, que no conocía cuánto le ataba el poder, el prestigio, la notoriedad; no estemos traicionando a Jesús o siendo simplemente “personas que se vuelven a Dios por miedo o por interés”. El evangelio de Juan es un verdadero revelador de los entresijos de las relaciones humanas, sus dinámicas injustas y de poder llenas de hipocresía y banalidad, un revelador de nosotros mismos de cómo se manipula a Dios y lo manipulamos en función de nuestros intereses, de forma que en no pocas ocasiones la fe se convierte en ideología fuente de poder y estigma que Jesús tanto denostó.
El adoctrinamiento inoculado durante décadas tiene que ser exhumado, la envergadura de aquella oscuridad requiere ser contrarrestada. ”Nacer de nuevo” requiere una actitud receptiva, por tanto de escucha y atención a Dios y a la vida, y cambio, mucho cambio. Juan es un convencido del poder de la mirada que nos quiere enseñar a mirar y mirarnos
¿Por qué se tambalea la fe de tantos cuando se dejan de hacer cosas en las que se ha puesto el sentido de la vida religiosa, como la comunión en la mano o en la boca o la misa en latín? ¿Por qué se hace una cruzada de ello? ¿Hemos hecho de la fe una ideología? Decía S. Weil que “hemos puesto las cosas en el lugar de Dios”. Seguidores de unas normas, de unas leyes que en tantas bocas se vacían de vida y libertad. Esas conductas que se han vaciado del trato compasivo y amable que es la fuerza fundacional que impregna todo el universo. Tan lejos de tejer esa amistad querida por Jesús (Jn 15,15) Nos toca remar mar adentro, adentro de nosotros, para ver quién somos, y de qué está hecha nuestra fe, para ver con cuánto contribuimos a su ruina o a su desarrollo en la sociedad.
El evangelio es el camino espiritual de los cristianos y nos provee de una gran sabiduría, e ilumina lo que nosotros no vemos. Te pone en tu vida, no frente a tu vida. Al abrigo del evangelio Jesús despierta lo que no hacia ruido y estaba dormido a nuestros ojos pero trabajando como si estuviera despierto, el prestigio, la vanidad, el deseo de reconocimiento, la prepotencia, el desprecio, el miedo, la cobardía, la hipocresía, el poder. No hacen ruido, pero están ahí colándose en nuestra vida, nuestras opciones, nuestra forma de creer y reaccionar, nuestra fe, sin que lo sepamos. A veces vestidos de disfraces como la honorabilidad, la fidelidad, el respeto, la piedad, incluso la comunión. Todo ello es lo que nos impide ser verdaderos testigos de Jesús, sembradores del Reino. El proceso de saber más de uno mismo, de conocerse a sí mismo, no sólo nos hace la vida más plena y eficaz sino que también es un proceso espiritual que nos lleva a nuestro verdadero ser, nuestro ser en Dios. Un proceso de madurez humana, por tanto de estabilidad mental y emocional
Lo que se dirime en este evangelio era el poder de las elites sacerdotales y religiosas y su fuerza opresora frente al movimiento emancipador de Jesús. “Sólo le siguen esos malditos que no conocen la Ley”Jn7, 47 decían para desautorizarle, para desacreditarle
A veces tenemos dentro nuestras propias estructuras opresoras, nuestras propias desautorizaciones, nuestros propios pensamientos que sofocan nuestras ansias de libertad y toda la vida nacida del espíritu. Autocensuras, costumbres, enseñanzas que hemos interiorizado dirigen nuestra vida sin que nosotros lo controlemos y nos impide acercarnos a ese Misterio que es Dios y que aletea en las aguas de nuestra vida, también, en otros seres humanos
La oración es un buen camino para conocernos, si de verdad lo es no nos lleva a lugares remotos, lugares desconocidos, nos lleva a las profundidades de cada uno y ello nos acerca a Dios .Conocerse para vivir en el evangelio y para mejor orar. Y orar para mejor conocernos. Conocer y aceptar nuestra vulnerabilidad que con tanta ceguera hemos escondido. ”Más vale aceptar el límite y contemplarlo” dice SW y a nuestras propias contradicciones “las contradicciones no son errores, son puertas que si las abrimos nos pueden llevar a la trascendencia, entendidas éstas como la disparidad que anida en nuestra vida teñida de luces y sombras” S Weil.
M. Dêlbrel entendía la evangelización como “un reclamo de la amistad”. Los guardias que no apresaron a Jesús trasmitieron la impronta de amistad que Jesús les había dejado… “Jamás hombre alguno ha hablado con tanta autoridad” Jn 7,46. No discutieron de ideas, de dogmas, así se trasmite el evangelio, así se anuncia a Jesús, desde la experiencia, unos versos de Neruda iluminan esto.
“El amor lo aprendí de un solo beso
Y no puedo enseñar a nadie nada
Sino lo que he vivido,
Cuanto tuve en común con otros hombres
Cuanto luché con ellos:
Cuanto expresé de todos en mi canto
He aprendido la Vida de la vida”
Cayó la semilla en los guardias, no sabemos si la regaron si cuidaron lo que había acontecido. Pero llevaron a los fariseos el impacto amoroso de la semilla que había prendido en ellos. Nicodemo recibió las enseñanzas de Jesús pero se quedó detenido. El saberse el catecismo y la mal llamada antropología cristiana no nos garantiza que escuchemos el Espíritu.
A veces nos encontramos perdidos, pero lo que vemos en este evangelio a través de los guardias que “se disponían a apresar a Jesús”, es que Jesús transforma cualquier intención que llevemos al encuentro con él y te devuelve siempre fecundidad. No te vas nunca con las manos vacías. Con Jesús se recupera la palabra y la libertad que estaban dormida: “Jamás hombre alguno….”Jn 7,46. Los soldados se atreven a poner a los notables de la religión ante el espejo de Jesús. Jesús fue significativo, fue una novedad atractiva y sin embargo Nicodemo se dejó arrebatar su valor. ”Se necesita una gran dosis de coraje para ser fieles a las propias convicciones cuando todo el mundo se acomoda y adapta a lo que se lleva, resulta difícil vivir a contracorriente, nos da miedo ser diferentes”. Pagola.
Lo que sería una experiencia de vida, de fe, conocerse a uno mismo, lo hemos reducido en la iglesia al examen de conciencia y reducido la conciencia a los pecados del catecismo. Lo cual es un verdadero problema porque lo que hacemos es un descargo de conciencia en vez de concienciarnos de quiénes somos realmente ante los otros y ante Dios en un proceso espiritual “Conocer las barricadas que bloquean nuestro camino, limitaciones morales, intelectuales, relaciones que nos atormentan, inseguridades que nos coartan y nos humillan y nos postran, las derrotas que nos paralizan” decía Theilar, no para lamentarnos, sino para saber que están presentes en nuestras vidas, y no quedarnos en ellas. Discernir como hicieron los guardias y pronunciarse sin miedo sobre lo que es y sobre lo que no es merecedor de calificarse como bueno aunque no seas una voz autorizada. ”Sólo le siguen esos malditos que no conocen la Ley”. Jn 7,47 “Nacer de nuevo” significa arrancarte de lo que te tenía enclaustrado (el claustro materno) la vida en curso, que de forma invisible puede estar atada al poder de aplastar, despreciar, estigmatizar, manipular, como así hacían los fariseos y notables de la religión, el propio Nicodemo apelando a la justicia “Imposible ser justo si no se conoce el imperio de la fuerza (el poder)”SW. El obispo Arguello acaba de decir que “la antropología y la teología impiden a las mujeres ser sacerdotes”. Una cosmovisión sobre la que se sostiene todo el aparato de la iglesia , que concibe a la mujer como inferior y que ofende a todos los seres humanos; lejos del evangelio de Jesús que opuso la Misericordia de Dios a la antropología cultural del momento. No se puede aceptar ninguna violencia ni vivirla como destino. La mayor de las violencias es una ley injusta. Sus vidas debería ser un acopio de autoridad evangélica para ayudar a la gente a liberarse de lo que le atormenta, de lo que la atrapa y le apresa, lo que le somete y subyuga, no para añadir más cargas y más subordinación.
Los personajes que aparecen en este pasaje emplearon estrategias defensivas diferentes y justificadoras. Todos supieron justificar su posición y ello les dio seguridad en sus planteamientos para quedarse cada uno donde estaba, excepto los soldados. Jesús le había dicho a Nicodemo: ”el viento sopla hacia donde quiere: oyes su rumor pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así sucede con el que ha nacido del espíritu”. Por lo que justificarte, inmovilizarte en tus creencias, en tus posiciones sempiternas, pertenece al pasado no al Mundo Nuevo que quiere alumbrar Jesús. ”la pesadilla de los puristas de todos los tiempos es la pretensión de imponer cargas inútiles opresivas y añadir al yugo liberador de Jesús un yugo suplementario opresivo, hecho de menudencias asfixiantes, y algunos sienten un gusto sádico por exigir sacrificios absurdos, y son refractarios a las acciones innovadoras del Espíritu” Matersol. Algunos movimientos laicales de los últimos tiempos producen verdadero miedo; su potencial de sumisión, sometimiento y aniquilación de cualquier libertad y poder de control, mantenimiento de las desigualdades, movimientos donde abundan también curas jóvenes, que según informaciones menos se han incorporado al proceso sinodal. Se trata de nacer de nuevo, no darnos por nacidos porque nos hayan bautizado.
La imagen de un Dios que sólo se experimenta en la imagen patriarcal, clerical nos aleja de Él, porque Él está en nuestra vida cotidiana dando vida en todas las personas que hacen el Bien y lo buscan, en ellos está labrando Dios su presencia; en todos y todas los que intentan rescatar al hombre y la mujer de su desventura y su opresión, dando pan, dándoles voz, escuchándolos, haciendo leyes que los proteja. En ellos está labrando Dios su presencia. “Bienaventurados los que se atreven a encontrarse con todos los que esperan” Theilar.
Termina este evangelio diciendo que ”cada uno se marchó por su lado”. Ninguno se escuchó entre si y fueron incapaces de tener una postura común, encontrar algo que los uniera. Nada distinto a lo que nos ocurre ahora. Después mataron a Dios.
Me impresionó Nicodemo que no defendiera a Jesús abiertamente, que diera un rodeo. Los jefes plantearon una estrategia de aplastamiento de toda disidencia, y Nicodemo planteo una estrategia de confusión disfrazada de conocimiento de la Ley y deseo de justicia y de verdades inmutables. La tentación de vivir al abrigo y en seguridades (aunque sean falsas), es poderosa. Esa es la dinámica de los integristas. El dinamismo del Espíritu es todo menos seguridad y certezas. El obispo auxiliar de Toledo acaba de decir sobre el sacerdocio de la mujer los cambios en la moral sexual el matrimonio homosexual, el celibato opcional que se han planteado en el Sínodo de España que ”sólo es una minoría, la que lo dice y además irrelevante” Lo mismo que dijeron las élites religiosas para decir que Jesús era irrelevante. En el Reino de Dios no hay ninguna minoría irrelevante, esa es la enseñanza de Jesús
Nacer de nuevo supone dar nombre de nuevo a las cosas, conceptos, experiencias, símbolos, en nuestra propia vida y dónde la vivimos. Es el desafío de la madurez humana pero también el desafió de Dios. El Espíritu” Aparece, como el viento” como un gran cambio en el corazón que te acerca a la luz y dispara el amor en tu vida. “Nacer de nuevo” es abrir un claro a Dios.
Nicodemo representa a los que no quieren abandonar su statu quo, su poder. Aparece como falso conciliador. El “conciliador imposible” que no quiere que cambie nada. En el fondo se engaña a sí mismo y se convierte en un engañador porque plantea un hilo de reflexión que le sigue alejando de Cristo y terminan matándole, aunque se hablase de justicia. Hay palabras que se convierten en instrumentos de poder cuando esconden su verdadero sentido; los obispos dicen comunión cuando quieren decir sumisión y obediencia.
Toda resistencia a la verdad, a la trasparencia te aleja de Dios. Nicodemo optó por quedarse en las tinieblas. Desaprovechó la oportunidad que le daba la situación, seguir enhebrado al hilo que le llevó a buscar a Jesús de noche. Y si, la fe para muchísimos es una ideología, una fuente de poder y de dominio, algunos no lo saben, y otros lo saben muy bien. Da miedo escuchar al obispo de Huelva el día de Pentecostés en la homilía, en la Catedral pidiendo el voto, en el fondo para ellos, para políticos dóciles a ellos y que les sirvan a sus intereses, los que denigran las leyes de igualdad y que ponen coto a la estigmatización de personas. Produce preocupación y perplejidad a qué cosas llaman ellos cristiano, y lo lejos que están y quieren estar del Papa Francisco. No hablan para invitar a discernir un futuro digno en el que quepamos todos, hablan para atenazarnos a todos en un pasado, para que su poder y el de unos pocos permanezcan intactos y prevalezca sobre todos . El día de Pentecostés, el día de la explosión de la diversidad y del amor de Dios. El día del Espíritu de la libertad cuando el Resucitado abre el futuro y abre la esperanza de lo posible, el día del que barre todos los símbolos de poder de cabezas y mitras y cetros, insuflando fuego y vida, ellos llaman a cerrar España sobre sí mismos, en vez de invitarnos a tener el coraje de dejarnos habitar por el viento y el fuego que envía el Resucitado para ser creadas todas las cosa de nuevo y renovar la faz de la tierra. Ellos que se llaman padres, ignoran lo que hace un padre, una madre con sus hijos e hijas que es repartir posibilidades de vida, todo lo contrario que hacen ellos.” Dónde falta el deseo de encontrar a Dios no hay creyentes sino pobres caricaturas de personas que se vuelven a Dios por miedo o por interés” S.W
Testimoniar a Jesús es vivir como él vivió y lo que él vivió, tan lejos de lo que dicen hoy nuestros obispos: No manda convencer a otros, sino que cada uno de nosotros vivamos inspirados en los valores por los que él murió, inspirados en su vida y como vemos en el evangelio, es una vida que revuelve a los poderosos; las élites poderosas mandaron apresar a Jesús para callarlo, luego le matarían para dejarlo en silencio. Ser cristiano no es un arrullo, ni seguidores de una antropología determinada. Si no incomodamos al poderoso estamos muy lejos del evangelio. Nos manda anunciar el evangelio, la buena noticia, no una teología patriarcal, ni una dogmática e ideología.
Quien cree que tiene el espíritu por derecho propio no sólo no le tiene sino que se hace incapaz para escucharlo. Entrenarnos a escuchar lo que se mueve en el corazón, dónde late o donde deja de latir, escuchar si es fundamentalismo, si es ternura, si es temor, si es alegría si es miedo si es prevención si es concordia , o una ternura, es un buen camino de salud psíquica y espiritual. Escucharlo porque todo ello nos da una valiosa información sobre nosotros, de lo que somos nosotros, pero sobre todo de nuestra verdadera fe. “He aprendido la Vida de la vida“, que dice Neruda.
. Nuestros miedos influyen en lo que creemos, en lo que creemos ver, en cómo lo vemos, en nuestros ideales, en nuestros posicionamientos. Nos jugamos mucho si no lo conocemos porque son necesidades emboscadas, hablan de tus muros, tus espinas y alambradas y prejuicios. Para conocernos es bueno preguntarnos ¿A qué tenemos miedo? ¿A qué tiene miedo la iglesia? ¿Qué temen perder los obispos? ¿Por qué tienen tanto miedo de no ser los únicos que piensen la moral social y el bien de la iglesia? ¿Por qué no se alegran de que haya otros y otras pensando en el bien ser y el bien común? ¿Por qué creen que tienen la exclusiva?
Desnudar la intimidad y dejarla a la intemperie no es fácil, resistir en la desnudez y seguir adelante tampoco, y así estamos cuando nacemos de nuevo. Se nos olvida que nacemos desnudos. La fe y la fragilidad son muy buena compañía, no así la fe y el poder.
Este evangelio levanta un tumulto de sentimientos, de preguntas de intuiciones, un tumulto de vida a discernir: una oportunidad de separar la luz de las tinieblas. Tiene un repertorio inagotable de matices; a mí me ha fascinado. El paso por el santo evangelio crea dentro de ti unos vínculos interiores nuevos con Jesús, y con su vida, a la par que va disolviendo en nosotros los vínculos internos que te mantienen unido a las estructuras y vivencias opresivas, a las violencias que aplastan y a la ceguera que niega la realidad. Es necesario hacer las paces con uno mismo si queremos ser mensajeros de paz, exige consciencia, también conciencia, capacidad de ver mínimamente para reenfocar de nuevo los acontecimientos, los problemas; reenfocar de nuevo nuestra relación con Dios y con el mundo, porque lo viejo ya no vale. El evangelio invita a caminar a una nueva existencia en la que se elaborará un nuevo perfil ético de la vida. “Que tu conocimiento no te retenga en lo que ya conoces sino que te conduzca hacia todo lo que puedes conocer” Jn 20,17. Más que voceros, los obispos deberían ser semillas.
Nuestra verdad nos acerca a Dios y nos acerca a los otros. El evangelio nos conduce por una espiritualidad de la realidad terrestre, de las relaciones igualitarias, para convertirnos en catalizadores de una nueva comunión. Que nada tiene que ver con comulgar en la boca o en la mano. La iglesia debe darse cuenta que ya no vivimos con cualquier improvisación y que desde hace mucho, ya no tragamos. La palabra de “ellos” casi siempre está muy lejos del evangelio y muy cerca de sus intereses personales. ”Dónde falta el deseo de encontrar a Dios no hay creyentes sino pobres caricaturas de personas que se vuelven a Dios por miedo o por interés” S.W
Exige un cambio de mentalidad tan radical que hace tambalear, que da un vuelco a todos los conceptos y valores dominantes como ocurrió con Jesús en su tiempo y ése es hoy nuestro desafío.
Conviene recordar lo que S. Weil afirmaba “No poner a otro cualquiera en lugar de Dios, mantener vacío ese lugar de lo absoluto a disposición del verdadero Dios»
[i] Cuando los guardias volvieron , los sumos sacerdotes y lo fariseos les preguntaron:
¿Por qué no lo han traído?
Ellos contestaron:
– Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre.
Replicaron los fariseos:
– ¿También vosotros estáis embaucados? Quien de los jefes o de los fariseos ha creído en él? Sólo esa maldita gente, que no conoce la ley.
Nicodemo, uno de ellos, que había acudido a Jesús en otra ocasión, les dijo:
– ¿Acaso nuestra ley condena a alguien sin haberlo oído antes y haber comprobado lo que ha hecho?
Le contestaron:-¿también tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.(y cada uno se marchó por su lado)[i]
ilustración de entrada: Acuarela de CHIHIRO YABE
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