La amistad profética de Teresa de Jesús
Un anticipo de “Fratelli tutti” de Francisco
La llamada a la amistad entre los pueblos.
Para leer a Teresa, hay que estar con ella, a su altura. Al ponerla en un pedestal no estamos con ella, no la conocemos; al tener que mirar hacia arriba no la vemos y tapamos su extraordinaria realidad y manipulamos piadosamente su rico legado.
Para comprenderla, no la podemos arrancar de la tierra. Bajaré del pedestal a Teresa de Jesús para ver a una mujer extraordinaria, que nos puede acompañar y enseñar mucho; y, que en el núcleo de sus enseñanzas es que también nosotros somos extraordinarios.
Voy hacer un breve recorrido a través de sus fundaciones, para ver su vida real, el día a día; su humor, su llaneza, su humanidad; y nos va a servir como base para iluminar su legado humano y espiritual. Vamos a descubrir cómo se fue desplegando una mujer que se hizo escuchar en una iglesia tan machista; vamos a ver su sed de Dios y el camino que trazó para encontrarlo. Viajera, que veía los cambios del camino y las estaciones, al mismo tiempo, que veía los cambios del alma y del espíritu. Terminaré repasando la novedad del legado de Teresa, y su dimensión profética que creo que ilumina nuestra situación actual, con el deseo de que su experiencia cobre vida en nosotros. También señalaré brevemente qué papel jugó la amistad en su vida y su espiritualidad
“Mira que estoy llamando. Si uno escucha mi llamada y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él”. Llamada apremiante de Dios para morar en nuestro interior. Teresa abrió la puerta, le dejó entrar a Jesús definitivamente en su madurez en medio de grandes dificultades sociales y religiosas y no pocas veces con graves enfermedades. Jesús habitó gozoso en ella y la hizo habitar el mundo. Teresa se hizo con Jesús una mujer nueva. Ésta es la aventura profundamente humana que nos narra Teresa a través de sus obras.
Teresa de Jesús vivía en el convento de la Encarnación en una época convulsa por las guerras que mantenía Felipe II con los protestantes, convulsa también por el escándalo que se vivía en la iglesia y los conventos religiosos. Tuvo el coraje de leer el mundo y la vida religiosa en función de los cambios que se estaban produciendo. ¡Era mujer que escuchaba la vida! Su magisterio es de vida. Vivía en un convento donde se siente profundamente conmovida e interpelada por la vida de poca virtud; por decirlo de alguna manera y, las convulsiones de la guerra. El contexto del Siglo XVI era muy duro. De ”Tiempos recios” hablaba Teresa. Había empezado la caza de brujas y las mujeres estaban en el punto de mira; sobre todo las que pensaban. Las mujeres estaban perdiendo valor social e incluso derecho en comparación con sus abuelas. Se instauraba un dominio del varón sobre las mujeres; esposo, hermano, clérigos… Ser mujer, era durísimo. La doctora mística lo conocía bien. “Mirad de que sujeción os habéis librado, hermanas” en clara referencia a la violencia en el matrimonio de entonces.
Estaba la reforma luterana, la contrarreforma católica y, quiso empezar una ofensiva de paz, de reformas y oración, la oración de la amistad con Dios que en su proceso de cambio purificó la vida religiosa del s. XVI.
Se puso a cambiar el mundo, cambiando primero ella “Hacer eso poquito que hay en mí “, decía la Santa. Abandonó la Encarnación y dio comienzo a una Reforma fundando casas donde las mujeres vivieran una experiencia de Dios, de alabanza y gratitud y de comunión humana; fue llenando de palomarcitos Castilla, mujeres viviendo la amistad. Reforma planteada desde las necesidades de las mujeres en ese tiempo. En ese empeño, vio la necesidad también de reformar profundamente la orden carmelitana, fundando la descalcez. Es la única mujer que ha fundado una orden religiosa de varones. Ella sabía que “no hay virtud de mujer que no se tenga por sospechosa”, esto no la constriñó; a pesar de ello y con ello, desarrolló su reforma y animó a sus monjas a” beber ese agua de la vida y caminar hasta la misma fuente que Dios le había descubierto a ella. No tuvo miedo de ser ella misma. Su humanidad se va profundizada en la medida que se interna en la oración y se encuentra con Dios y con la vida de su tiempo. Ella puede iluminar nuestro ser profundo y nuestra humana vida desde la narración de lo que aconteció en el suyo.
Cuando leemos las Fundaciones que es una de sus obras ¿Qué encontramos?
Nos narra una historia que no sólo alcanza al ámbito de su orden. Aparecen hechos políticos, culturales, religiosos y una patografía de las mujeres de su tiempo. Si leemos despacio, vemos que nos muestra el drama de las mujeres en su desnudez.
Las Fundaciones las escribe por mandato del P. Ripalda y las termina por orden del Padre Gracián. Ella escribía por obediencia, decía. La 1ª edición aparece en Bruselas gracias a que se la llevaron el P. Gracián y Ana de Jesús en 1620. Son la historia de su peripecia vital, en la que late la amistad con Dios y con los seres humanos. Funda 17 conventos de mujeres. También fundó 14 conventos de varones. Pero no llega sólo a ellos su influencia: en su camino y en sus relaciones transformó la vida, las convicciones y las creencias de muchas personas y personajes; de clérigos y obispos y también de muchas mujeres.
El libro de las Fundaciones es un canto a la presencia y a la fuerza de Dios en la vida y la forma de hacerse presente a través de personas, peripecias… Pero también un canto a la amistad humana. Es un canto de gratitud a las personas que colaboran con ella, que la prestan ayuda, y a la causa de Dios. Un canto al desprendimiento de las gentes y el sentido amistoso de la misma ”Bien es hijas mías las que leyereis estas fundaciones para que sepáis qué se les debe para quien sin ningún interés trabaja tanto en este bien que vosotros gozáis”. Recibió ayuda de mucha gente de todos los estamentos sociales y a todos los nombra. Es un canto de una singular mujer que supo poner su mundo, el mundo, en la intimidad de Dios, y la intimidad de Dios en el acontecer humano. Por eso, el libro de las fundaciones es también, un canto a la vida cotidiana y a la amistad. Por amistad con ella consiguió mucho de lo que se proponía.
Mucha gente cuando oye hablar de Santa Teresa, se cree que estaba siempre suspendida, abobada, y enseguida, conectan lo espiritual de forma equívoca; porque lo entiende como que “lo subido”, “lo sublime”, “que es sólo para unos pocos perfectos”; no faltan las aporías que hacen otros de ella: “era mujer llena de virtudes: modesta, recatada, sumisa…… Una mujer desencarnada y desaparecida en los ojos de muchos clérigos… ! Pues no parece que fuera así, ni por aproximación; no se traduce nada de esto que dicen de ella, en su larga vida que se dejó en sus fundaciones, como vamos a ver.
Muy humana. Cuentan que cuando vio el cuadro que había hecho un fraile de ella, le dijo al pintor: “Dios te lo perdone fray Juan, me has pintado fea y legañosa“. Muy amiga de Dios: Vivía y se sentía en la amistad con Jesús continuamente: “Es muy buen amigo Cristo porque le miramos hombre y vémosle con flaquezas y trabajos, y es compañía” o la oración de las entrañas ”Qué fuerza tiene con vos Señor, un suspiro nacido de las entrañas”. La afectividad permeaba su vida. Sus expectativas estaban siempre en la generosidad de Dios. Muy amiga de los hombres y mujeres. Numerosas cartas lo atestiguan.
¿Que nos enseñan las fundaciones de cómo vivió? Se obligó a vivir en gran precariedad. Dependiendo siempre de otros para vivir, supo de pleitos, de hipotecas, de especulación. Habla de cómo le piden un precio excesivo por una mala casa, tuvo que vivir de okupa un par de días en un piso de estudiantes en Salamanca, y que estuvo preocupada más por miedo a que llegaran los estudiantes que por remordimientos de conciencia. Fue una mujer que supo manejar la incertidumbre y los riesgos derivados de su propia coherencia en colisión con la vida. Con muchísima gracia nos narra la respuesta que da al Obispo de Burgos que la negaba la licencia para fundar en Burgos y la ordenaba volver a Palencia después de un viaje infernal de lluvias y atolladeros, ”Pues sí Señor, buenos están los caminos y el tiempo como para volver”. La otorgó la licencia para fundar el obispo; pero es el único personaje que aparece en las Fundaciones, y son cientos, del que no dice su nombre (Nos lo invisivilizó) Ciertamente era muy misógino el obispo. Para hacernos una idea de cómo estaba la santa ante él y como vivió su viaje, vamos a escucharla: “Llovía como nunca, Íbamos en un carro entre cenagales y despeñaderos y de repente se hace el camino invisible por las trombas de agua, y, verse entrar en un mudo de agua sin camino, sin barco; con cuanto nuestro Señor se había esforzado, yo no deje de temer”. Fundó con la ayuda de sus amistades. No dejó de tener miedo, como nosotras lo tenemos a veces. Era muy lúcida; nada boba. Ello no es incompatible con su confianza en Dios y su gratitud a él. “nunca Dios me da trabajo que no me lo pague luego” decía. ¡Tuvo miedo y nos lo cuenta! No la gustó el obispo y nos lo cuenta también
Supo encontrar su sitio en la iglesia, en un espacio y en un tiempo que como mujer no era el suyo… Estaba negado para las mujeres, como ahora en mucho espacios , lugares y dentro de la iglesia; lo hizo con imaginación y audacia, sacando el máximo provecho de las circunstancias de su vida: “Ya hijas habéis visto la gran empresa que pretendemos ganar ¿Qué tales habremos de ser para que en los ojos de Dios y del mundo no nos tengan por muy atrevidas?» Invita a sus monjas a vivir la experiencia, a abrir horizontes, a no empequeñecerse en la subordinación a la mirada masculina, y al deseo de Dios.”No apoquéis vuestros deseos”, les decía. En una circunstancia histórica difícil hizo nacer su Reforma contra viento y marea. ”Sólo pensar que soy mujer y caenseme las alas” deja bien patente la impotencia que sentía y no obstante rediseña un espacio propio, sustrayéndose del punto de vista masculino. Decían de ella, los clérigos y altos cargos: “quiere enseñar quien debía aprender en especial si es mujer…” ¡Qué mal lo debieron de pasar algunos clérigos y religiosos con ella! ¡Era una Maestra!
Supo encontrar el sitio y visibilizarlo de las mujeres y los hombres corrientes. Nos narra en Las Fundaciones muchas historias de vida que acontecieron con ella y en torno a ella; llenas de gratitud y generosidad, llenas también de miserias; de una gran sencillez y naturalidad pero fundamentalmente lo que sobresale es una comprensión de la vida humana a la luz de la misericordia y la fidelidad de Dios con los seres humanos. En el centro de su discurso en Las fundaciones está el encuentro con Dios y con los hombres y mujeres; todo, con enorme sinceridad. La verdad era pasión suya. ”Ande la verdad en vuestros corazones como ha de andar por la meditación y veréis claro el amor; el amor que habéis de tener a vuestros prójimos”.
Teresa nos dice que el sitio de los seres humanos está en el corazón de Dios. Nos narra su vida en la realidad en la que arraiga con una gran transparencia. Nos transmite el sentido de lo real con todos sus requerimientos. Cuando la leemos, descubrimos que Teresa logra unir en su propia persona de manera íntima: lo trascendente y lo humano, lo espiritual y lo corpóreo; de forma que cada uno de los elementos se desvirtúa si lo abstraemos lo uno de lo otro como se hace con frecuencia. No se la puede entender sin la experiencia de Dios pero tampoco sin la experiencia humana. Y es que a Dios sólo se puede ir humanamente. Creo que Las Fundaciones fueron su verdadero “camino de perfección”.
Dotada de voz propia y sin embargo acallada de distintas maneras; con demasiada frecuencia se la reduce a objeto de admiración, o de piedad religiosa, por lo que hacen morir sus textos y su vida. Teresa de Jesús es un ejemplo de cómo la sensibilidad femenina puede contarnos a Dios y puede contarnos la historia, otra historia que no nos llega.
¿En qué Dios creía Teresa de Jesús?
Ella nos presenta un Dios que es un Dios de relación, se comunica con los seres humanos, es un Dios de vínculos, de amistad que quiere permanecer con nosotros. Un Dios que habla con el ser humano en las escrituras y con “ella”: “Hámelo dicho el Señor…” decía con mucha frecuencia El no nos mira con lupa, no es un Dios de leyes, castigador, y añadía ”Mira de que él no se entretiene en estas pequeñeces”. Creía en un Dios liberador y de libertad Por muchos caminos y vías lleva Dios “, un Dios” que no se espanta de las flaquezas de los hombres… Es un Dios amigo. “Mirad que tan buen amigo es” No es un Dios abstracto que quiera estar al margen de la vida de los hombres y mujeres, ni un Dios a la medida de los ojos de los clérigos. Ella lo conoce a través del Cristo amigo. Lo ha dicho Él en el evangelio, pero sólo ella, lo recoge a Jesús como amigo de mujeres y de varones. Sólo ella, define la oración como relación de amistad. Quien ama a Jesús entra en una relación íntima tan profunda que puede ser llamado amigo. “Vosotros sois mis amigos” dijo Jesús a sus discípulos. La relación de Teresa con Jesús es una relación de amistad que la desborda y nos la quiere comunicar. Creía en un Dios que invita a todos que reconoce la pluralidad, la diversidad y acoge la fragilidad. Cuando yo escribía esto, había leído por la mañana el evangelio donde Jesús les recordaba a sus discípulos después de multiplicar los panes y comer 5000 personas que sobraron 12 cestos, y pensé que la abundancia es para todos y, que no puede sobrar en esta vida nada ni nadie; que Dios es el Dios de la amistad y de la abundancia. Pues creo que Teresa se propone repartir la abundancia y la amistad de Dios y de la vida y nos invita a ello. Un Dios que nos coloca siempre en el camino de los otros como ocurrió con Teresa en los caminos que recorrió en sus fundaciones..
¿Qué cosa fundaba y para qué? La orientación de Teresa a la comunicación y el encuentro es impresionante.
Además de tener una gran simpatía, dicen, que le encantaba reír. Le encantaba pensar y sentir. Creía en un Dios que se goza en los humanos, por ello promueve la plena humanidad de las mujeres para hablar con Dios a solas (Entonces no podían las mujeres hacer oración mental). Les advertía de lo que las dirían a aquellas que decidieran ser autónomas en la oración y participar en sus fundaciones. “No tengáis miedo a los que os digan que esto no es para mujeres porque les podría venir ilusiones, ellas no han menester de estas delicadeza… Mejor sería que hilen… A ellos, tenedles miedo, tened miedo a los que os digan esto” Les estaba diciendo, sed atrevidas, explorad, creed en vuestra experiencia, creed en vosotras, en la fraternidad humana que os ofrezco para el convento. ¡Un Dios que ama a las mujeres!. Creo que Teresa tenía muy claro que el miedo es el enemigo de la vida, y es el enemigo de Dios. Sabía que era la gran dificultad en su novedoso proyecto. Conocía la independencia que da perder el miedo. Creía en el Dios de Jesús de Nazaret que en su vida dijo muchas veces “no tengáis miedo”.
Era profundamente creativa y buscaba miles de formas para que entendiéramos la experiencia de la vida, la experiencia de Dios.
La Santa definía la realidad de Dios y la suya propia con su propia terminología; ella, decía de sí misma que era ”mujer flaca y ruin”, ella nos habla de Dios, hablaba a sus monjas con el lenguaje y metáforas que sólo pueden emplear las mujeres. Metáforas que nos encienden. “Dios es un brasero del que salta al alma alguna centella”. (En la categoría de poesías de este blog tengo una poesía inspirada en esta metáfora: ”Braserito del cielo”) ¿Quién puede comparar a Dios con un brasero sino la mujer que se calienta en el brasero? Creía en un Dios de la cotidianidad. Pone en valor la grandeza de lo débil, la mujer de entonces, y sus vidas que nos ilumina cómo Teresa vivía en la cotidianidad y cómo lo utiliza ella para hablar con Dios y de Dios. ¡Dios: UN BRASERO!
No quería que abandonasen sus monjas ninguno de sus facultades en la relación con Dios “Poned inteligencia y corazón en lo que decís.” Una llamada a estar despiertas y sentir. Una llamada a no dejar las neuronas en la puerta de la iglesia. Confiaba plenamente en que Dios nos escucha siempre “Aunque yo no sepa hablar, no por eso me deja de oír”. ! Un Dios de amistad inculcaba a sus monjas!
Tendríamos que cambiar nuestra forma de rezar y mucho nuestra liturgia tantas veces esterilizada. Hace 50 años que nombraron a Teresa de Jesús Doctora de la Iglesia, y lo celebra la iglesia de Ávila. ¿Cuánto de su vida y obra ha sido ejemplificada y se ha transmitido como enseñanza de lo que ella entendía que era la iglesia, la relación con Dios y la presencia de las mujeres en la iglesia? ¿Su amor por el evangelio y su pasión por la vida humana de Jesús, por ejemplo? Hoy el evangelio ha sido sustituido por el Derecho canónico, como mucho, catequesis ¿Qué hubiera dicho Teresa hoy?
Su voz interpela nuestra realidad actual eclesial y social
¿Qué hay de novedoso en el legado teresiano? ¿Nos podemos reconocer hoy en el alma y el sentir de La Santa?
Teresa de Jesús otorga una gran importancia a asumir la propia posibilidad. Es decir, llegar a ser verdaderamente humanos, que es nuestro cometido. Que alcance nuestra vida su máxima plenitud de sentido. Su propuesta es avanzar en el conocimiento y realización de la propia naturaleza humana. “Conoceros a vosotras mismas, mirad que va mucho en esto” ¿Nos reconocemos en el legado teresiano del sentido de la amistad, en toda la amplitud del término?
Entrar en el conocimiento de si, para entrar en relación con Dios, recomendaba a sus monjas en los conventos que fundaba e invitaba a asumir la propia posibilidad “Que tan pequeña es tu parte, pues hazlo». Ella pone en valor por pequeña que sea cualquier contribución, porque entiende que todo es parte de algo más grande y tiene su grandeza en ese formar parte de…… por pequeña que sea tu parte; se desprende muy bien esta forma amistosa de ver la vida, de la lectura de sus Fundaciones.
Ella cree profundamente en la vida, en los seres humanos, en la amistad, acudía a ella continuamente… Por ello fue una gran humanizadora de la vida. Es tanto lo que admira Teresa la grandeza del ser humano que cuando comenta la frase del Padre Nuestro: “que estas en el cielo”, dice ¿Qué es el cielo? Y contesta: El propio interior del ser humano.” Y continua con la frase ”venga a nosotros tu reino”, Y nos comenta Teresa: ”Comienza ya este Señor a darnos su reino aquí.” “Este cielo pequeño de nuestra alma” Habla Teresa de “Gozar del cielo en la tierra.” El reino de Dios está cerca, dice el evangelio. El reino de Dios está en vosotros, dice Teresa, de vosotros depende. Esto se nos ha olvidado. El evangelio ha sido domesticado y pierde su fuerza profética igual que la vida y obra de Santa Teresa.
El reino no está más allá, sino que las cosas de Dios están pasando en el interior del ser humano y en la calle, lo narra ampliamente, y lo vive mucho, por ello pide silencio y soledad, para escucharle, y audacia para afrontar y escuchar la vida. Ella nos invita a encontrar a Jesús dentro de uno mismo, y en esta obra de las Fundaciones nos muestra cómo le encuentra ella una y otra vez en la vida cotidiana y en sus viajes. La obra, la vida de la Santa es un canto a la grandeza de la posibilidad humana y de la amistad ”No hallo yo cosa con qué comparar la gran hermosura de un alma y su gran capacidad” dice en Moradas.
Cultivó y enseñó la oración como relación de amistad fruto de su experiencia en la vida. Ella dijo que no decía nada que no hubiera vivido por experiencia. En Dios no se afianza nada que antes no esté vivido en la vida.
Gran pedagoga: Ella transmite su sabiduría y enseña por “contagio”, nos invita a desplegar lo mejor de nosotros mismos. Todo es posible para quien cree, dice Jesús en el evangelio, desde entrar en el misterio profundo de nuestro corazón y de la vida humana, hasta entrar en el Misterio profundo de Dios, nos quiere comunicar Teresa
El amor al Jesús de los evangelios de Teresa; su voz profética nos llega desde su canto que hace al evangelio y su exhortación a vivirlo. “Siempre me han recogido mucho más los evangelios que libros muy concertados” decía y nos interpela hoy para leerlos y vivirlos. Ella sentía y vivía el Evangelio como autentica Palabra de Dios. Son numerosos los textos en los que se inspira. En ellos está la vida y la palabra de Jesús a quien ama intensamente, y le considera su gran amigo. De una perspicacia psicológica muy fina, enseñaba a leer las señales del alma fuera y dentro de nosotros, y se manifestaba contundentemente y sin concesión alguna a las trampas de la interiorización. ”Obras quiere el Señor“. Son los gestos y la honestidad los que nos aproximan a Cristo y a los seres humanos. “Ande la verdad en vuestros corazones como ha de andar por la meditación y veréis claro el amor. El amor al que somos obligados a tener a los prójimos. El Compromiso con la autenticidad, de esa autenticidad viene su lucidez y nos llama a esa posibilidad de vivir la vida, desde la hondura que somos. Su verdad, su sinceridad nos interpela hoy, en este mundo donde se ha instalado la falsedad y la mentira y el todo vale, cuanto más malo y más dañino, mejor. Siempre habló contra el engaño y la mentira. El daño que hace la mentira. Su honestidad era tan grande que exclamaba: “No diré nada que no haya vivido por experiencia”. Nos invita a buscar la verdad sobre nosotros mismos y de la experiencia humana, lejos casi siempre de los tratados espirituales. Teresa tenía un sentido amistoso de la vida y está en el corazón de sus fundaciones, creaba en sus conventos unos círculos de sororidad, el espíritu de la amistad y el valor de la amistad que servía como conocimiento fraternal y ella la cultivó en su vida y su espiritualidad.
Un compromiso con la libertad y la autonomía personal: «Pretenden hacernos andar como pollo trabado a los que vuelan como águilas con las mercedes que nos hace Dios”, se quejaba del clero y el estatus quo de la iglesia. Hoy seguro que diría Santa Teresa que pretenden que andemos como pollo sin cabeza. Entiende la libertad personal como parte integrante de la relación con Dios, pero también como parte de la dignidad de las personas y como parte de las relaciones humanas. “Entienda de una vez el mundo de que tenéis libertad” ,“no sois esclavas de nadie”. Nadie puede condicionar vuestra respuesta. Nadie puede hablar por vosotras. Hoy tiene mucha actualidad en medio de tantas resistencias a la igualdad de las mujeres y levantarlas la condición de subordinadas. Santa Teresa tiene actualidad hoy como fina lectora de los acontecimientos de la vida cotidiana, como persona profundamente crítica con la marcha de la iglesia y la situación de las mujeres en ella y su presencia en el mundo, porque sus fundaciones fueron también acontecimientos sociales.
¿Qué hubiera dicho Teresa hoy del silencio de los obispos de España y del clero, religiosos y religiosas ante la encíclica del Papa Francisco “Fratelli Tutti”? ¿Han dicho algo de ella, de la encíclica, que aún huele a tinta fresca en el 50 aniversario de la proclamación de Teresa como Doctora de la Iglesia? Pues va de la amistad entre los seres humanos y de todo lo que hace imposible esa amistad, y como el libro de Las Fundaciones de Teresa, la Encíclica de Francisco esta también llena de nombres, que son vida y gratitud ¿Conectan la iglesia española y los seguidores de Teresa con esta forma de amistad que proclama el papa Francisco? Teresa fue una mujer profundamente libre ¿Sabe la iglesia española vivir en libertad, es libre ella de posicionarse ante la encíclica del Papa francisco, por qué guarda silencio qué hipoteca tiene? ¡Demasiado silencio a lo que dice el Papa!
Ella, Teresa es una llamada a contemplar la amistad de Dios con los seres humanos y avanzar en dirección de la amistad en la humanidad. No puede tener más actualidad Teresa, y conectar mejor con la encíclica del papa. Ella, profeta de la amistad de Dios y cultivadora de la amistad con hombres y mujeres.
En su quinto centenario se la celebró con mucha pompa, pero no ha cambiado nada en la iglesia con respecto a las mujeres y lo de la “amistad” parece que queda también lejano. El propio sentido de la oración de Teresa está borrado de las actividades “piadosas” y litúrgicas de la iglesia, hasta la oración de los fieles en misa, nos viene dada.
Ella tuvo la audacia de una nueva eclesialidad
Invisibilizadas las mujeres de entonces, silenciada Teresa tantas veces, discriminada, insultada, decían de ella un alto dignatario de la iglesia que era una ”Fémina inquieta y andariega, contumaz que no cumple las reglas de Trento, que anda por los caminos… que no se atiene a clausura” . 7000Km recorrió en sus fundaciones en carros, y caminos que describe y presenta maravillosamente el carmelita e historiador Teófanes Ejido. 7000 Kilómetros de Camino de perfección: vida humana y divina. Sigo pensando que fue su camino de llegar a Dios. Tuvo la audacia y el coraje de crear una eclesialidad dónde pudiera ser parte de esa iglesia siendo distinta, a como la iglesia la quería; no era ni recatada, ni modosita, ni obediente sumisa, ni sometida… ni iba por los caminos con los ojos recogidos mirando al suelo. Introdujo una nueva eclesialidad que desgraciadamente duró sólo mientras vivía ella. Lo hizo cambiando mentalidades y modos de ser del clero y de obispos y religiosos. Pero también cambiando la mentalidad de las mujeres. “Está ardiendo el mundo, no perdamos el tiempo en bobadas” les decía a sus monjas. Parece que nos lo dice a nosotros hoy. Abrió puertas, recorrió caminos, tendió puentes, entabló múltiples relaciones con gente muy diversa. Dialogó (negoció, decía ella). Cambió lo que veía y no le parecía bueno. Con lo que vio y conoció construyó nuevos tejidos de relaciones, nuevos espacios de experiencias nuevos intereses, y el contenido y sentido de la oración... Sabía mirar la vida, sabía verla. El oficio de quien ama es ver. Es el amor el que mueve las montañas. Ella es santa porque amó mucho, como muestra la obra de Las Fundaciones, vivió profundamente la vida común; yo creo que éste fue su auténtico camino de perfección. Hizo un mundo más humano. Ese fue su tiempo, hoy nos toca a nosotros con una pandemia, también moral, dentro y fuera de la iglesia. Creó la espiritualidad de la amistad. ¿Será posible que no la conecten y que pase inadvertida en la celebración del 50 aniversario que se la proclamó doctora de la iglesia, la apuesta de Francisco por la amistad de los seres humanos y de los pueblos en el mundo?
Felicidades Teresa, tú fuiste, la gran profeta de la amistad. Hoy toma esa antorcha el Papa Francisco.
¿Tutti Fratelli? ¡Fratelli Tutti!
https://alfayomega.es/wp-content/uploads/2020/10/Enciclica-Fratelli-tutti-Papa-Francisco.pdf
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!