La verdad que somos: la libertad que deseamos [i]  nota al final

Cuando los guardias volvieron, sin apresar a Jesús los sumos sacerdotes y los fariseos preguntaron ¿Por qué no lo han traído? Jn 7,45 del evangelio “Incredulidad y rechazo hacia Jesús” 

Queremos ser libres, muchas veces creemos que lo somos, no conocemos los nudos del alma que aprisionan nuestra libertad, ni las sujeciones que aceptamos movidos por la inercia de la costumbre; tampoco conocemos por donde nos embiste el miedo que destruye la libertad. Creemos que sí, pero no sabemos cómo se mueve nuestro corazón, tan acostumbrados como estamos a hacer el examen de conciencia.

 ¿Qué emociones afloran cuando digo la palabra libertad, a qué experiencia me remiten? Este evangelio que tiene como protagonista el abuso de poder y afán de dominio, y el control religioso, tiene otra vertiente que es el valor de la libertad. “Libertad que te proporciona una confianza en el mundo cuando eres tocado por la gracia del amor”, dice S. Weil (S.W) Libertad que manifestaron los guardias, respondiendo lo que no esperaban los Sumos sacerdotes (S.S.):” Jamás hombre alguno ha hablado como Él”. El miedo a lo nuevo es otro aspecto, el miedo a quien es libre como era Jesús y el miedo a perder el estatus conseguido como ocurrió con Nicodemo; el miedo a lo distinto y a quien es distinto y el odio que desencadena, el miedo a la libertad y la manipulación de las personas por quienes quieren cercenarla.

Encarar la libertad no es asunto fácil, tienes que desembarazarte previamente de lo que la impide; dejar vacío el lugar del espíritu, ocupado con “seguridades ilusas “. Es difícil porque eres ciego a lo que te ata como le pasó a Nicodemo, no sabía cuánto le pesaban sus privilegios. No supo defender a Jesús, aunque probablemente lo amaba. “¿Acaso nuestra Ley condena a alguien sin haberlo oído antes y haber comprobado lo que ha hecho?”Jn 7,51 Fue la única objeción que hizo al intento de su detención.

 

“Jamás hombre alguno ha hablado como Él” Jn 7,46 contestaron con absoluta libertad los guardias cuando volvieron sin apresar a Jesús. Me admira su libertad y coraje. La  libertad,  no es fácil mantenerla ante los embates de la vida, fundamentalmente por miedo y con frecuencia porque nuestros ojos que creemos que son libres están encadenadas a otras miradas, algunas que hemos asumido  de otros inconscientemente como propias, otras, que atan nuestro interior no conocido pero que operan con fuerza en nuestra vida acotando nuestra verdad,  abriéndose en prejuicios; también las  que tratan de imponerse como modelo y como única autoridad y guía de conducta ¿También vosotros estáis embaucados? ¿Quién de los jefes o los fariseos ha creído en él? JN 8,48 dijeron, mofándose, desautorizando lo que contaban los guardias. Ellos habían experimentado en la presencia de Jesús que” El Don del amor nos habita y opera una energía sobrenatural” S.W

Todo lo que impide nuestra libertad sea lo que sea nos aleja de Dios, porque Dios es la libertad misma. No hay amor sin libertad

Si «las cosas de Dios y el alma son una», como dice San Juan de la Cruz, el ir una y otra vez a las cosas del alma será ir a las cosas de Dios. En un viaje interior que nos permite restaurar nuestros lazos con el tiempo enriquecedor de la vida, y con el ritmo de nuestro enriquecimiento interior: esto es el don del evangelio, cada pasaje una experiencia nueva de la resonancia interior con todo lo que existe.

El evangelio nos pone en contacto con nosotros mismos y podemos leer en ellos aspectos concretos de nuestra vida. Nos pone sobre todo en contacto íntimo con Jesús. Explora mejor lo que somos en la relación con Dios, ilumina, alienta una vida diferente: abriendo el camino de nuestra verdad y de la libertad.

 La verdad tiene la contrapartida de la mentira, intencional, organizada, o manipuladora. El miedo a la verdad nos lleva a mentir, a mentirnos. Jesús que es la verdad insistía en “No tengáis miedo”.

 En las actividades piadosas nunca se contempla o se pide a Dios que nos libre del miedo y yo creo que es el mal más profundo que azota a nuestra sociedad y a la iglesia, después de la pobreza, y lo que hace sufrir más al ser humano, junto con la mentira nos hace vulnerable y manipulables, perdemos la libertad porque con la mentira organizada destruyen la realidad, destruyen la esperanza. “El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta” decía el poeta asesinado. F.G. Lorca. La mentira abre el espacio del miedo. Si Jesús es la verdad, es lo que más nos separa de Él.

“La libertad consiste en primer lugar en no mentir” decía Camus el autor de la Peste. En tiempos de mentiras mejor cultivar, buscar y proteger la verdad. Se necesita coraje para desmontar las mentiras, las nuestras y las de los otros. Creo que eso es dar luz al mundo. Invitados por el Papa Francisco en Kazajistán a “ser honestos y así irradiar la luz de nuestro creador”. La mentira nace de la pobreza cognitiva y espiritual, y conduce al odio y a la sumisión.” Allá donde se prodiga la mentira, la tiranía se anuncia”, afirmaba el Nobel Camus. Por lo que vemos que hay una correlación importante entre verdad y libertad, entre amor y verdad. Tal vez por ello en este tiempo de mentiras se prodiga el odio y se multiplican los enemigos; la libertad se reduce a tomarte cuando quieras una caña. El miedo nos hace odiar. El que no odia, no tiene enemigos. Los enemigos se acaban cuando se acaba el odio.

Los guardias rompieron la tendencia que tenemos siempre de legitimar “la posición de autoridad” y asumirla: Discreparon con fuerza de las élites religiosas y sagradas, las desafiaron y no quisieron apresar a Jesús. Jesús se opuso firmemente a legitimar como sagrada e inmutable la autoridad de las élites, por eso le buscaban para matarlo. Cuando se privilegia unos modos que legitiman los actos del poder, por ejemplo, el clericalismo, ocurre el abuso, la impunidad. Corrompe la vida en ella se mata la vida y memoria de Jesús “Qué lo sagrado no sea apoyo del poder y el poder no se apoye en la sacralidad” Francisco en el encuentro mundial de líderes religiosos

Un mal de nuestra sociedad hoy es que tienden a borrar de nuestra vida la conciencia del daño que hacemos a nuestros semejantes, y el que nos hacen con las mentiras, y se banaliza el daño social y comunitario que hacen algunas opciones y formas de vida; desapareciendo de nuestra conciencia las víctimas, las que nosotros hacemos. Ello produce una ceguera moral que además es buscada. Es una forma canalla de entender la vida ¿Por qué dejamos que ocurra? Esto no es una maldición o cosa de malos simplemente, sino que responde a que nos hemos dejado robar nuestra voluntad, nuestra soberanía y libertad, y dejamos que siga pasando.

¿Por qué se entrega el alma a otra cosa distinta que el Bien Común? El Bien que es lo único sagrado.

 

“La llamada (de Dios) crea al que responde” decía el mártir del Atlas, Lebreton. Es pues cada conciencia la que tiene que responder y dejarse hacer por el Espíritu de Jesús. No hay ningún camino que sea único, ningún modelo al que atarse ni que te pueda atar, tienes que responder en libertad.

¿Por qué no se habla de libertad en la iglesia? ¿Qué pasa cuando en vez de estar perdida la oveja, anda perdido el pastor? ¿Qué hacemos?

Para ser libres hay que “Nacer de nuevo», dijo Jesús, es decir, arrancarte de lo anterior: Ponerse en camino y abrir un sendero, siempre con los pies en la tierra, porque si perdemos el contacto con ella se cierra el cielo; crear espacios de verdad, de belleza de generosidad, de gratitud, un apoyo a una mejor convivencia: el mundo por ahí se salva. El hombre viejo no se deja morir fácilmente, pero confiamos en “la acción creadora y formadora de Dios, cuya única influencia es capaz de arrancarnos de nosotros mismos”. Theilar

 La muerte del yo, de la que hablan los místicos   y que también   es necesaria para madurar síquicamente es tarea de cada uno, pero no deja sitio a la nada, al vacío, deja   sitio a la sabiduría para transformar la vida   en una mayor capacidad de conexión entre todo lo creado, con una verdad que reconocemos a tientas. Las palabras anteriores   del mártir me evocan   el Misterio de la Encarnación, que no ocurre   sobre el útero vacío ni sobre la nada porque es el entrañamiento de Dios, tiene que ver más con disponibilidad, La encarnación como la fecundidad es silenciosa, que no, pasiva. Un embarazo es profundamente activo, se realiza con mi cuerpo, pero sin control y dirección consciente. Así es la fuerza del espíritu. Hay un principio de vida en toda la creación que nosotros no controlamos. En esa experiencia a la que damos respuesta se hace nuestra libertad, en la medida que se   teje nuestra   verdad. De ahí la necesidad de conocer nuestra propia realidad humana porque es ahí donde acontece el entrañamiento de Dios. Por ello es bueno, muy bueno, arrimar a nuestra alma la lámpara del evangelio.

Somos seres originales cada uno recorre un camino único. La autonomía y la responsabilidad personal de buscar la mejor forma de amar a Dios, ser fiel a Jesús, y a su evangelio, ser fieles a la vida, son absolutamente necesarias para su fecundidad y permanencia.

 La   verdad, que está bastante alejada de la normatividad rígida, es siempre experiencia. Ninguna afirmación de la misma se puede hacer desde la prepotencia, como las élites religiosas de los tiempos de Jesús, también las de ahora, que proclaman púlpito en mano, lo que les parece cuando nadie puede responder. “El amor a la verdad siempre está acompañado de humildad”. S.W

Este evangelio nos invita a ir a nuestra experiencia interior a conocernos y conocer abiertamente la palabra de Dios por experiencia propia, pero el lenguaje nos puede confundir y hacer una lectura equívoca de la realidad.  Qué difícil es descubrir la trastienda de nuestra mentalidad, que es la que de verdad coarta nuestra libertad.

Cuántas distorsiones de la experiencia de Dios y de nosotros mismos hemos aprendido, cuántas barreras nos separan de Él y de nosotros. Los prejuicios que arraigan en nuestro corazón   no son sólo actitudes ante la diversidad de personas, sino una disposición aviesa a leer el acontecer de la vida. “De Galilea no salen profetas…”Jn 7,52 «Ha llegado la hora de despertar de ese fundamentalismo que corroe todo credo” Papa Francisco.

Es necesario volver los ojos a tu vida para encontrarte con él «Él mora en lo más íntimo de toda criatura trascendiéndola plenamente» decía S. Juan de la Cruz. La oración con el evangelio ayuda a atravesar esas barreras de la opacidad, la inconsciencia en la que habitamos centrados en nosotros mismos ayuda a descubrir y curar las heridas. Las heridas si no se curan se infectan, y su cura pasa por una profunda limpieza y exéresis, porque igual que se sangra por la herida, la herida determina nuestras posiciones en la vida, nuestra libertad y nuestra verdad. … La oración ayuda a la orientación hacia la autenticidad   y el evangelio nos da la libertad.  “Cuando tomamos el libro en nuestras manos tenemos que dejarnos atrapar por las palabras, que son espíritu”. M Dêlbrel

Siempre hay algo más profundo que no conoces y que te pesa. El alma es como un armario, ábrelo, saca y contempla lo que tienes dentro. “Buscar a Dios con el corazón entero” dice el salmo.

¿Cómo?

” El Señor te conduce con suavidad” dice San Juan de la Cruz.  El evangelio te conduce hasta llegar a la raíz, hasta tocarla, recorriendo estadios de ti misma. Cuando avanzas hacia a ti lo que te va quedando por encima te parece superfluo, pero no lo es, es vida vivida. La luz lo ha hecho más ligero, menos pesado. Ha estado ahí como tirano invisible y ahora lo conoces y se aligera el peso, se atempera su fuerza. El evangelio nos libera de ese peso y de esa vida mortecina, muriente. Es una semilla que despierta y florece con el tiempo, una y otra vez entras en él y una y otra vez se labra en la espera, llegará el momento que empezarás a ver sus flores. Espera y cree en sus frutos, verás cómo se abre la simiente divina.

¿Cómo descolonizar nuestra alma de los marcos mentales que ha creado la simbología eclesiástica, clerical, masculina, y los marcos mentales autoritarios también de la sociedad?  Educadas en la sumisión, y la subalternidad hemos interpretado al mundo con una ingenuidad temeraria ante la autoridad, creyendo y obedeciendo todo. Era un pecado ser libre, desobedecer; fuimos conducidas a un amor sin cuerpo propio, nos enseñaron a negar y disimular los sentimientos y terminamos dificultando y negando el amor. La iglesia tiene un profundo miedo a la libertad y a las personas que son libres. Cualquier atisbo de libertad en la sociedad o en la iglesia lo combaten ¿Por qué?

 Las tramas sociales, vitales y religiosas que nos configuran ¿Nos acercan o nos separan del corazón, nos acercan o nos separan de Dios? ¿Nos hacen más verdaderos, más libres? La actitud moralizante continuada y centrada en lo que tiene que ver con el sexo y la sexualidad, no nos acerca a Dios, nos aleja en un confinamiento. Es necesaria la “lectura de Dios en los sucesos del mundo y reconocer cómo se manifiesta ahora, y no como repetición del pasado” J.l Christian mártir de la intolerancia.

 

Cristo introduce en la cultura una libertad, respeto y la escucha al otro; el reconocimiento de la diversidad que nada tienen que ver con el liberalismo. Se necesitan varias condiciones interiores, cierta integridad de espíritu, serenidad de conciencia, que son hijas de la Salud moral, para poder expresar una verdad y para soportar que nuestro vecino exprese la suya. Decía  Arent que “la verdad es un atributo esencial del ser humano, un valor”, advirtiendo, que también “tiene sus riesgos para quien la enarbola o la defiende, tiene el peligro del fanatismo.”. El que se cree poseedor de la verdad y custodio de la misma adquiere una sordera profunda porque aprende a no escuchar a nadie, a no esperar nada de nadie. “Liberémonos de esas concepciones reductivas y ruidosas que ofenden a Dios por medio de la rigidez y los fundamentalismos” Acaba de decir Francisco

Los déficits personales, los conflictos personales e intereses espurios se proyectan con demasiada frecuencia en las doctrinas que se intentan imponer o lo que es peor, lo hacen pasar como voluntad de Dios. “Los razonamientos retorcidos alejan de Dios” dice el libro de la Sabiduría 1.1, 2-3. Los guardianes de la moral convierten a la moral y la verdad en una jaula,  esclerotizan el corazón. La mentira y el fanatismo mataron a Jesús.

La mentira es el mal, el auténtico mal porque vivir en el engaño es vivir al margen de la realidad, y nos hace esclavos de la ignorancia. Hoy se llaman Fake news, para blanquear su inmoralidad. Muchos católicos lo practican. Llenan los Wasaps de mentiras. Luchamos contra el mal y el Mal es toda esclavitud que impide al hombre ser él mismo y no nos apercibimos de ella y creemos que somos libres y verdaderos.

 ¿Cómo es posible que digamos que seguimos a Jesucristo y no tratemos de conocerle y el evangelio no esté entre nuestras “devociones”? Si Jesús dice “yo soy la verdad” y echamos un vistazo a las relaciones dentro de la iglesia ¿podemos asegurar que la verdad es importante dentro de ella?  ¿Qué importancia tiene para mí la verdad? Es una buena pregunta

No hay verdad sin libertad. Siempre me ha llamado la atención el poco peso que se da a la mentira en la experiencia cristiana. La iglesia lo considera como pecado venial en oposición de los malos pensamientos que eran pecados mortales. Pesa más en el catecismo un mal pensamiento que una mentira. Tiene tan poca importancia mentir, que incluso hasta existe una subclase adjetivada como » piadosa». La mentira y el engaño están siempre en el centro de todos los abusos de poder, de toda la prepotencia y de todas las malas relaciones y de toda pérdida de libertad.

 

Dios es un Misterio, sabemos que el amor es la verdad de Dios. La verdad es experiencia del Espíritu. La mentira es lo contrario. Yo invito como seguidora de Jesús a colaborar para desmantelar todas las estructuras de abuso de poder, desmantelar todas las mentiras con las que sustentamos nuestras propias vidas e intentan sustentarse las élites clericales y religiosas. Qué menos que ser luz para los hombres y mujeres de hoy, y no seguir   contribuyendo a la oscuridad fría del mundo. «Hermanos, hermanas el mundo espera de nosotros un ejemplo de almas despiertas, mentes claras, esperan una religiosidad auténtica”. Papa Francisco, encuentro mundial de lideres religiosos por la paz.

Todo conocimiento de uno mismo, de nuestra propia verdad es un encuentro con Dios, abre un gran espacio de libertad. Todo esfuerzo de búsqueda de verdad y libertad es una oración, que posiblemente no eleves tú, pero que la eleva Jesús. Toda búsqueda de plenitud, de la bondad y de la belleza, del bien común es ya un encuentro con Dios y por ello una manifestación de Dios, lo realice quien quiera que sea. Todo lo que se hace con autenticidad construye la vida, hace crecer la vida de todos, enciende el amor y contribuye a renovar la faz de la tierra.” San Juan de la Cruz no sale del mundo para encontrarse con /en Dios, sino que su encuentro lo hace en el mundo, en un proceso de interiorización y profundidad de amor a lo creado G. Castro, carmelita descalzo

 “Si el Hijo os da la libertad seréis siempre libres “Jn 8,36

 

Ilustración: Kazantsev V. V.   En el abrazo del océano.  óleo sobre lienzo 50*70 cm  El año 2014

[1] Cuando los guardias volvieron, los sumos sacerdotes y lo fariseos les preguntaron:

¿Por qué no lo han traído?

Ellos contestaron:

– Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre.

Replicaron los fariseos:

– ¿También vosotros estáis embaucados? ¿Quién   de los jefes o de los fariseos ha creído en él? Sólo esa maldita gente, que no conoce la ley.

Nicodemo, uno de ellos, que había acudido a Jesús en otra ocasión, les dijo:

– ¿Acaso nuestra ley condena a alguien sin haberlo oído antes y haber comprobado lo que ha hecho?

Le contestaron: ¿también tú eres galileo? Estudia y verás que de Gallea no salen profetas.

  • (y cada uno se marchó por su lado) [1]

 

 

 

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