¡Tus ojos, sólo tus ojos!

 

El cielo mirándome con sus pálidos ojos.

Cae sobre mí su color amatista.

Del color de la rosa teñirme quisiera;

la vida resumida en una flor.

Quisieran mis ojos florecidos del amado.

Tengo un canto desierto,

los tiempos se confunden,

racimos de estrellas van cayendo.

La luna me roba la luz y se esconde.

Doloroso derrumbe de los cielos.

El vacío se tiñe de púrpura,

El rumor de la brisa calla.

Arrebatada en remolino de fuego

Y en un instante: ¡Tus ojos, sólo tus ojos!”

 

                                          ¡Tus ojos, sólo tus ojos!

 

 

Pintura de Ken Hong Leung. Oleo .visiones de Shangri-La

 

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *