Ser sólo un lirio del campo
“No andéis preocupados por vuestra vida ….. Fijaos en los lirios cómo no hilan ni tejen…”·
Mat. 6-28,29
Tejedor de la belleza
Telar de colores
Poeta del natural.
Te pregona la hermosura
se destila allí la Vida.
A ras de tierra está tu corazón.
En medio de la vida, tu ternura.
La belleza palpita tu presencia,
en tus manos florece el arco iris
y navega como vino por mis venas.
Me embriaga tu cariño.
Durmiendo esta la noche
y sin embargo,me inquieto.
¿De que me preocupo?
¿Por qué miro al cielo
si el misterio es florecido?
“No andéis preocupados por vuestra vida…..,
fijaos en los lirios cómo no hilan ni tejen.”
Sembrada está la tierra de ti,
Trasparente de Dios en su hermosura.
Durmiendo esta la noche
y sin embargo,me inquieto.
¿De que me preocupo?
¿Por qué miro al cielo
si el misterio es florecido?
“No andéis preocupados por vuestra vida…..,
fijaos en los lirios cómo no hilan ni tejen.”
Sembrada está la tierra de ti,
Trasparente de Dios en su hermosura.
En los márgenes del río
está tu compañía,
meto mis pies
y florecen canciones en mis llagas.
Cascada de luz y esperanza
que viaja como el viento,
como ardor que serena;
se enciende mi llama,
ya no se apaga su fuego.
Me asomo a los márgenes
y veo tus ojos,
tu aliento
ha tocado mi cuerpo.
Te encuentras en todo el que pide pan,
en quien busca tu justicia.
Voy a comerte con ellos
en simiente de pan y de futuro.
¡Como alumbran los tallos encendidos!
¡Precioso encuentro¡
Comunión de comulgantes
¡Dulce abandono¡
Me viste de lirios tu hermosura.
“Ni Salomón en toda su gloria
se vistió como uno de ellos…”
Durmiendo está la noche
y sin embargo me inquieto.
¿De qué me preocupo?
¿Por qué miro al cielo
si el misterio es florecido?
Sembraste el tiempo de flores,
dando están frutos de amor.
Tú que tejes sin agujas.
Enhebras mis ojos
en el hilo de la vida
Presencia florida, flor de luz
que no apaga las luces:
las alumbra.
Estoy en Ti sembrada en flores.
Secreta matriz que me modela,
Me baño en tu hermosura.
Voy a Ti a besarte las Palabras.
Tu voz es un río dulce
que desemboca en mis venas
Sedienta estoy de tu dulzura.
Oigo cantar la luz, en parto luminoso.
Nunca la luz
se repartió en tantas melodías:
Mi amado, las montañas,
las calles,
los árboles y las rosas, hoja por hoja;
las piedras,
la gente,
son voces y armonía
Transparentes de Dios,
en su hermosura.
“Ni salomón en toda su gloria, se vistió como uno de ellos”
Duerme la noche
y sin embargo me inquieto.
Tal vez la noche sea la vida,
invisible costurera.
Una aurora cantando
has puesto en mis ojos.
Una aurora en mi mirada.
qué pequeña soy !Señor!
!señor! Que pequeña
que quiero
pedirte un deseo:
Ser sólo un lirio del campo
y que me vistan tus ojos.
Maribel Serrano González
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