Escucha tu corazón latir en el evangelio  [i]

Hay dos tipos de silencio, el que provoca nuestro asombro y el que nos arroja a nuestro propio estupor (inconsciencia parcial). Podemos distinguir también entre asombro y curiosidad. Hoy está de moda el silencio como camino de espiritualidad fecundamente transitado. A veces se confunde el silencio con Dios mismo. Se habla de silencio y plenitud. No lo sé, es un misterio, y hay también adoradores del silencio y esto me sorprende pero para escuchar latir el corazón hay que quedar en silencio y prestar atención.

Este evangelio desde el principio a mí me ha producido un gran asombro y hoy que lo preparo para publicar se convierte en fuerza. Sigo con inquietud las noticias de las guerras y desplazados,  y no cabe por menos de preguntarse y Dios ¿Qué? Y suena en mi corazón lo que exclamaron los guardia:Jamás hombre alguno ha hablado como Él, y a Él me vuelvo a escucharle. Sigo en el evangelio “Actitud de los dirigentes con Jesús” 7,45-53

Este evangelio es el del Asombro

Deslumbrados por Dios, atraídos a traspasar los límites de nuestras seguridades, confiados no en nosotros sino sólo en su misericordia porque  ésta es la experiencia inenarrable que vivieron los guardias cuando escucharon a Jesús, y esta experiencia me hace confiar aún más en la fuerza del evangelio, en Jesús, fuente de vida. Con asombro y reverencia me acerco a él.

El evangelio no es tanto un modelo a seguir, es un camino de vida creador de experiencia humana y experiencia de Dios y comunión con el mundo.

Nuestra sed siempre es oscura, pero con todo, podemos beber de las aguas de Dios. El evangelio desentraña tu sed, la ilumina, nos pone frente al espejo de nuestra vida para que nos miremos en el espejo de Dios. No venimos limpios a las aguas de Dios pero bebemos. El evangelio se encarga  de poner silencio en tu vida para escuchar, así de fértil, la palabra. El evangelio es una escuela de silencio y de la palabra, es un “paisaje” de los seres humanos que buscan una vida mejor para todos, transforma el corazón. No es el horizonte del cristiano la búsqueda de la plenitud, pero sí la Comunión con Cristo y  en Él con el universo entero. “En el somos, nos movemos y existimos.”1Cor 15, 28. De esta manera acerco mi corazón a los que sufren las guerras.

La espiritualidad del  evangelio es la espiritualidad de la encarnación. El evangelio no es un manual de autoayuda para tranquilizarte y sosegarte. La espiritualidad, si es evangélica no puede dejar de ser profética, y ello a veces puede dolernos y mucho. Es profética por lo que no trae quietud,…. enciende una hoguera que nos empuja a comprometernos. La guerra nos empobrece a todos, y a los más pobres les aplasta. Por lo que pienso que un cristiano tiene que forzar los caminos de paz.

“Recibo de ti la misión de ser fuente. Tú en mi haciendo brotar vida eterna” Dice Lebretón el mártir del Atlas. La misión de ser fuente y que otros puedan apagar su sed en nosotros, o curar su ceguera o apaciguar sus odios; sin embargo a veces, ni nosotros somos capaces de beber de esa fuente y a veces ni  estamos interesados; con cumplir lo que nos mandan ya hemos cubierto  el expediente.

Jesús invita a Escuchar el Espíritu cuya voz sin embargo nos es familiar “Tu sonido me es familiar, Señor” dice el Salmo. El fruto de la relación verdadera con Jesús, con tu intimidad descubierta,  es el amor a la vida, el amor a los seres humanos, el amor a Dios y el amor a la justicia.  El horizonte de Jesús son las víctimas de la historia, que también podemos ser cada uno de nosotros y cualquiera de nuestros vecinos.

A Dios podemos presentarnos, manchados, heridos, dolidos, dudosos,  tristes, confundidos, fracasados, con poca o mucha fe, con torpeza, alegres, gozosos; con cobardía, nunca con miedo, siempre confiados en su palabra que es Misericordia evangélica. No tenemos ninguna disculpa para no acercarnos a Él, o no abrirle la puerta. “Ninguno de mis hijos se perderá”.  Ir a Él aunque sea a tientas, pero de verdad.  A veces la sed la tenemos prisionera. Encontramos a Dios, viviendo en él nuestro día a día.

El evangelio nos revela nuestra vida al mismo tiempo que la vida del Espíritu. Escucha tu corazón latir en el evangelio, escucha al evangelio latir en tu corazón. Encontrarás tu paz. Entrégate al evangelio, recibes más ayuda que la que puedes imaginar. Las palabras del evangelio se traducen en luz para la vida y en vida nuestra. Siguen repicando en el corazón una vez leídas, ellas determinan el tiempo. Rezar con la vida puede suponer hacerlo a salto de mata porque la vida misma conlleva ese ritmo. Jesús construye en silencio el hilo conductor. Podemos elegir los hechos que nos hieran como circunstancias para aprender de nosotros y de los demás, de la propia conducta humana, y orar con ellos y contemplarlos a la luz de Jesús. En vez de elegir ser víctima: ¿Qué puedo aprender de esto? El evangelio pone en pie al caído. La fe y la fragilidad son buena compañía. El evangelio te lleva a lo más profundo de ti y te revela lo más profundo de Dios, los guardias así lo sintieron :jamás hombre alguno ha hablado como Él”. Tuvieron el valor de hacer frente a sus jefes, romper su dependencia de ellos; les hicieron llegar el resplandor de Dios, nos invita a entrar  en esa corriente que es nuestra vida, para descubrir lo que Dios ha puesto en pie y tener  el coraje de la autenticidad. “Nuestra cercanía a Dios y a los hermanos se realiza en la medida que tenemos el coraje de despojarnos de las máscaras que llevamos puestas, tal vez para parecer perfectos, impecables, respetuosos o simplemente mejores” Papa Francisco. El coraje de la autenticidad ante los demás superando el miedo a ser juzgados por no corresponder a un modelo ideal que muchas veces sólo existe en nuestras mentes. Papa Francisco

¡Nacer de nuevo! atravesar los marcos mentales en los que nos ha formado la iglesia. La iglesia nos ha moldeado con unos valores para mantener el statu quo más que para el desarrollo de unos valores evangélicos. Todo el Misterio de la encarnación está recorrido por la fecundidad, por el Misterio de la vida, de nacer. ¡La fecundidad!

Quien tenga sed que acuda a mí a beber. ¿Jesús atravesando los géneros?, sólo se puede beber de una madre.

“El verdadero buscador espiritual no persigue seguridades ni dogmas que le blinden la razón ni prácticas que le hagan sentirse importante ni gurús iluminados que le dicten  ni una agrupación que le ofrezca calor grupal. El verdadero buscador vive constantemente en vilo y a la intemperie.” Como el niño que nace. Hacemos el camino de noche, cada uno de los actos que vamos realizando  se van iluminando como señales  que se relevan. El camino espiritual que arranca del evangelio no es de aislamiento, de recogimiento,  es el camino de la vida misma. No hay que huir del mundo, Dios se hace presente en nuestro trascurrir diario y se revela en la cotidianidad de la vida; no de rodillas, con los ojos vueltos y las manos juntas. “Entre los pucheros” que decía Santa teresa. La salvación está en el encuentro y en compañía de Jesús, andando, caminando “¿No ardía nuestro corazón en su compañía?” exclamaron los discípulos que volvían decepcionados de Jerusalén cuando les acompañó un caminante.  Caminar y encontrar sus huellas, sus gestos, sus palabras, en la vida; encontrarse con él en la amistad o en el curso del trabajo como los guardias que hacían el suyo, y después de escucharle y estar a su lado pudieron exclamar jamás hombre alguno ha hablado como Él”. Lo que requiere de nosotros es una disposición a acoger la vida,  una disposición atenta y receptiva porque la vida misma surge de la chispa divina.  “El mundo entero es cuerpo sensible de lo divino” decía S.W.  Para escuchar, para recibir la vida “Debemos adentrarnos para calar la profundidad y extensión de nuestra dependencia de tantas cosas sobre las que no tenemos ningún control, pero que forman el ámbito de nuestra intimidad donde se realiza la comunión con el mundo en que vivimos”  decía Theilard.  Hacerlo para ser más libres,  iluminar la vida y mejor vivir. La libertad es un atributo de Dios, no sé por qué no se hace hincapié en ella. Dios es libertad plena.

Elegir nuestros propios caminos y escuchar cómo Jesús los fecunda, los alimenta. Escuchar en ellos el soplo del Espíritu dice Jesús “quien me sigue no caminará en tinieblas”

Caminamos siempre entre la luz y las sombras que nos acompañan y, entre medias, la luz de Dios, su voz y su la Palabra que es guía para nuestros pasos. Hay que vivirlo sin culpabilidad. La culpabilidad indeterminada es la incapacidad de distinguir entre pensamientos y hechos prohibidos. En este sentido un deseo malo sería equivalente a un hecho malo. Y esto no va así. Las luces y las sombras que forman parte de nosotros, los prejuicios, las distorsiones: el retorcimiento de nuestra fe para que se adapte a mi ideología, mi prepotencia, o mi mediocridad, nuestra ceguera, nuestra impotencia…con ello debemos orar si queremos seguir adelante. La luz y la oscuridad son compañeras, de nosotros depende que la luz ilumine la oscuridad, o que la oscuridad encierre nuestra vida. Si lo hacemos así oiremos latir nuestro corazón en el evangelio.

La fe es oscura y como tal la hemos de aceptar. La fe es oscura  y dispuesta a recibir la luz, como la sed que también es oscura. Cuando buscamos a Jesús buscamos su amor. Jesús va disponiendo el alma para recibir sus dones en cada tramo del evangelio. Si la luz de Jesús ilumina nuestra vida,  resplandecerá el amor sin ninguna duda.

Es necesario atravesar el cerco mental y espiritual que hemos construido para que la fe no nos moleste, ni nos haga ir más lejos. Los guardias atravesaron el cerco mental y opresivo de las autoridades religiosas para anunciar la singularidad y la fuerza de Jesús y darle su apoyo. Seguidores de Jesús portadores de esperanza.

“No sois de este mundo”. Con esta frase se identifican los consagrados para acentuar su cualidad elitista. Yo entiendo esta frase de una forma distinta a este uso. El mundo al que se refería Jesús precisamente era al mundo religioso de entonces, no el espacio de vida de los laicos como se atribuye: creo que el uso del término mundanidad nos ha hecho un flaco favor que es en lo que se ha concretado esta frase, concretándose como malo, como pernicioso, y de peor calidad para los que lo habitamos. Más que alumbrar,  nos ha creado unos muros mentales  que separan  y que en nada ayudan. Porque, se quiera o no, estamos en el mundo y en el mundo vivimos TODOS. Aislarse del mundo no fue lo que practicó Jesús. No es el amor universal sino ser amados en concreto lo que nos demandan nuestros hijos, los amigos. “Permaneced en mi amor” fue lo que pidió Jesús a sus discípulos y eso quiere decir: no te olvides que te amo, despierta en tu alma mi amor y mantenlo vivo. Él sabe que le amamos como podemos. Nuestro sueño de amor absoluto es sólo una quimera ¿Amamos a nuestros hijos e hijas lo que son o amamos lo que representan y las expectativas que tenemos de ellos? Muchos padres y madres hacen lo último y ello es una fábrica de narcisistas y personas desgraciadas. Pues a esto se parece mucho el amor que se vive en la iglesia.

Los que seguían a Jesús no estaban en el ámbito sagrado, y menos en el sacerdotal, estaban con Él en el ámbito de la vida. Las prescripciones de santificación dentro de la iglesia en lo que se refiere a las mujeres, muchas están lejísimos del evangelio. El evangelio que es un proceso de crecimiento personal con plena autonomía, y en la iglesia estamos ligados a ella por todas las disposiciones que decidan los clérigos. Así es imposible un crecimiento espiritual, no hay persona si no hay responsabilidad, y si obedeces, no eres responsable de tu vida, te la dirige otro. Responsable significa que adquieres personalmente compromisos y los cumples. Adulto se es cuando empiezas a tomar decisiones solo y asumes las consecuencias. En la iglesia a las mujeres nos ofrece una espiritualidad y unas prácticas infantilizadas. Si en la vida nos hacemos adultos ¿Por qué en la Iglesia no? “No es posible delegar en otros la tarea de pensar” decía  S. Weil, ni la tarea de la experiencia religiosa digo yo. No es lo mismo que te den masticado el evangelio y el pensamiento sobre Dios, que buscarle, relacionarte y encontrarte con Él, no es bueno delegar tu pensamiento  en un estrato social o religioso como es el clerical. “No hay límites ni fronteras para lo que Dios pueda realizar en nosotros. Ef 3,20., “Poseídos por una pasión de semejanza porque sus palabras no están hechas para quedarse en los labios sino para poseernos a todos y así recorrer el mundo… Ser testigos de Jesús no es un acto de voluntad, es una gracia” M. Dêlbrel. Esa gracia esperó para ser luz en estos tiempos oscuros. San Juan de la cruz decía que “el silencio es el primer lenguaje de Dios”. Nos toca escuchar, con actitud de Atención y buscar: El espíritu de búsqueda es la raíz de todos los cambios posibles.

Ser memoria de Jesús en el mundo, requiere de nosotros recorrer nuestro propio camino. Igual que el yo no se estructura en oposición dualista sino en Relación con el otro. Creo que así tiene que ser en la Iglesia. Hay que abandonar los dinamismos excluyentes; la iglesia, el poder clerical, tienen que aprender a ser entre los otros y a ser con los otros. El proceso de especialización de las tareas es el germen de la desigualdad y la opresión. M. Delbrêl instaba a “no callar lo que se es, lo que se piensa, no obedecer al miedo”.  Y poner corazón y cuidados:

“quién dijo que todo está perdido

Yo vengo a ofrecer mi corazón

Tanta sangre que se llevó el rio

Yo vengo a ofrecer mi corazón. Canta Fito Páez

Urge la necesidad de una lengua nueva para evangelizar, unos modos nuevos  que no se aprenden sin contacto vital. Movernos en horizontes muy abiertos,  arrastrados, empujados, acariciados por el vivir la fuerza del espíritu; pero también por la corriente de la  historia en la que se producen cambios de mucha trascendencia como: el concepto de realidad que tenemos  que creíamos que era universal,  y no lo es. Es un momento de cambios muy profundos, no podemos obviarlo, no podemos estar con los ojos cerrados, ni dejar  de asombrarnos. 

Donde el Misterio de Dios te lleve. “Jamás hombre alguno ha hablado como Él” narraron la huella que Jesús había dejado en ellos; así creo yo que tiene que ser el anuncio del evangelio. Los sembradores tienen que conocer la semilla y la tierra. Se olvida de la tierra al sembrar, y lo que es más grave, de la semilla. El crecimiento de la semilla requiere silencio pero el del evangelio produce asombro, no estupor, si es el estupor nos invita a  no quedarnos en la primera impresión sino “atravesar las cosas hasta llegar a la realidad auténtica” S Weil

 

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https://elblogdemaribelserrano.com

 

[i] Cuando los guardias volvieron, los sumos sacerdotes y lo fariseos les preguntaron:

 

¿Por qué no lo han traído?

 

Ellos contestaron:

 

– Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre.

 

Replicaron los fariseos:

 

– ¿También vosotros estáis embaucados? ¿Quién   de los jefes o de los fariseos ha creído en él? Sólo esa maldita gente, que no conoce la ley.

 

Nicodemo, uno de ellos, que había acudido a Jesús en otra ocasión, les dijo:

 

– ¿Acaso nuestra ley condena a alguien sin haberlo oído antes y haber comprobado lo que ha hecho?

 

Le contestaron: ¿también tú eres galileo? Estudia y verás que de Gallea no salen profetas.

 

(y cada uno se marchó por su lado)

 

Ilustración : acuarela de Irina PrudniKova

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