Estar aprendiendo siempre

Jesús Maestro

“Por la mañana volvió al templo  le seguía un gran gentío, sentado les enseñaba”Jn8, 2 [i]  del evangelio «Jesús y la mujer adúltera

“Hay que dormir con los ojos abiertos “escribe O. Paz. Tener los ojos abiertos es importante para ver lo que nos rodea y poder situarnos, para saber quienes somos, para ser una misma; tener los ojos abiertos va a ser importante para encontrarse con el mundo, también con Dios a quien rezamos muchas veces con los “ojos cerrados”, y al mismo tiempo, cerrando nuestro ojos al mundo. ”Si llegamos a la edad que tenemos es porque otros nos han ido salvando la vida incesantemente” Escribe E. Sábato. Los otros también van a ser muy importante en este viaje de ser uno mismo. Nuestra condición es estar aprendiendo siempre, para que “el canto de nuestra búsqueda de vida eche raíces, troncos, ramas, pájaros, astros…” de esto va aprender y enseñar, de esto va encontrar y encontrarse, hacer y ser en el mundo comunión con los seres humanos, y memoria de Dios, de esto va vivir. Vivir despiertos, y vivir con un corazón agradecido.

Este pasaje nos presenta a Jesús enseñando: “Por la mañana volvió al templo.  Todo el mundo acudía a él, sentado les instruía”Jn8, 2

Jesús era atractivo para mucha gente, dice el evangelio que: «Todo el mundo acudía a él” Les anunciaba el Reino y les enseñaba a vivir. No adoctrinaba, iluminaba la vida;  no arrojaba más oscuridad al mundo.

“Sentado les instruía”. No es algo insignificante que nos diga el evangelista que estaba sentado. La palabra sentado, contiene toda la experiencia de paz y confianza de Dios,  la amigabilidad con los hombres y mujeres. Informa de que no estaba temeroso porque intentaran apresarlo, y  de su decisión firme de seguir adelante. No olvidemos que Jesús hizo algo muy grave, rompió con las costumbres socio religiosas de su tiempo, quebrantó numerosas normas; en este evangelio lo vuelve a hacer al hablar a solas con una mujer y además acusada de pecar.

Sentado es un verbo de encuentro. Jesús los descubría merecedores de lo mejor de sí mismo, de su paz, de su serenidad, de su compromiso con la vida, de su profetismo, de su intimidad con Dios, de su sabiduría: Sentado les instruía”. Venia de los Olivos, de su encuentro con Dios, de su máxima intimidad; posiblemente Jesús había experimentado en los Olivos este estado especial de comunión intima que vivió en el templo en la fiesta de las Chozas  que le hizo gritar: “Quien tenga sed que acuda a mí y beba” Jn 7,37. Ahora, sentado en el templo,  después del silencio del Monte estaba trasmitiendo esta experiencia a los hombres y mujeres que le seguían, estaba siendo ante ellos “memoria de Dios.”

 

Sentado, postura cargada de significación; distinta a la postura de los grandes celebrantes en el templo y sin embargo, Jesús estaba “oficiando” allí el amor y la amistad de Dios con hombres y mujeres. Está sentado en amistad con todos los que le siguen.

Sentado.  Contrasta esta postura amable de Jesús con la imagen del Dios patriarcal que reivindicaban las élites religiosas en este pasaje, algo que me interroga  sobre  la imagen que me han dado de Dios y de cómo tenía que ser mi relación con él: Se hacían las cosas por miedo, por deber, por obediencia. Los tres son patrimonio del patriarcalismo de nuestra educación religiosa. Obediencia, disciplina, responden más a las relaciones con un amo que con el Dios de Jesús, de quien se puede beber directamente si tienes sed.

Jesus como buen maestro daba lo mejor de sí a quienes le seguían.

“Si a los niños les das lo mejor, ellos querrán ser los mejores. Si les das lo peor, ellos sacarán de sí lo peor. No hay hombres malos, malas hierbas; hay malos cultivadores” Víctor Hugo

Sentado les instruía. No nos dicen sobre qué hablaba, hay un silencio sobre ello, tal vez, para que pensemos en el silencio; pero no en el silencio como principio originario y absoluto, sino  en el sentido de guardar silencio, dejando que el silencio acoja la palabra. La palabra siempre, siempre la Palabra. Hacer silencio para escuchar también la voz que clama dentro, para escuchar qué palabras cargamos en la vida que nos lastiman, qué palabras cargamos en la vida que nos amparan. Para aprender hay que saber escuchar.

 

Jesús maestro y transformador de conciencias: un renovador del lenguaje de Dios: él es su Palabra. A nosotros nos toca capacitarnos para hablar con Dios, hacer nuestro propio texto, encontrar nuestro propio lenguaje espiritual.

 

Yo me he preguntado mucho por el significado de este no contar lo que enseñaba en este pasaje  y  de cómo sería escucharle en aquel entonces. Cualquiera que quiera aprender tiene que abrirse a la pregunta y nadie puede preguntar por ti, ni aprender sin preguntar. La pregunta propicia la reflexión, la atención, la comunicación; pero sobre todo, la interiorización, y eso facilita la vivencia, la experiencia. ¿Qué aprendo yo de Jesús? Es bueno estar siempre ante Jesús como principiantes, sin lección aprendida. “No sabiendo los oficios los haremos con respeto” poetiza León Felipe.

¿Cómo nos enseña la iglesia a nosotras? En la novena de mi pueblo a la Virgen del Espinar, hace unos días dijo el celebrante que la Virgen es modelo donde mirarnos y que ella aprendió a callar y no preguntar, cuando no entendía las cosas”

¡Qué cosas dicen de la Virgen! para justificar el silenciamiento a las mujeres, su machismo y misoginia.

Participamos en una Iglesia como receptáculos mudos,  donde depositan una amalgama de prejuicios, normas  y cosas que sonrojan, todo entrelazado, y ahí se queda, de forma que lo que escuchas no permite entrar en conversación con el mundo, es decir, interrogar lo que nos rodea y recibir respuestas, ni crear otras  preguntas, y menos, contestar en una liturgia u otro espacio algo distinto al amén. Lo que aprendí y lo que aún dicen no me sirve siquiera para participar en una cultura común desde una cultura religiosa donde todo nos viene dado, y hablan hoy como  en los años 50 del siglo pasado ¿Por qué hacen tantos chicos la comunión, y de ésos, un altísimo porcentaje no vuelven a la Iglesia? ¿Se adquieren aprendizajes vacíos?

En la iglesia hay muchísimas personas que jamás se han hecho una pregunta significativa por su vida cristiana, por el mundo, por su propia existencia, esto imposibilita la vivencia. La pedagogía de la iglesia es restrictiva, y bancaria  en la concepción de  Freire, es decir aceptamos dócilmente lo que nos den. Esto favorece el sometimiento y la cultura del mal silencio, del no decir, del no preguntar, de dormición para la vida, por tanto incapacitados para toda novedad, para la crítica , y  la pregunta que es la que abre horizontes que abren la mente y  sacuden las rutinas y costumbres.

 

El castigo era la única herramienta pedagógica en la antigüedad. ”Dios castiga a los malos” aprendí yo de pequeña; pero en este evangelio Jesús no castiga a la mujer adúltera, entonces ¿Qué pasa? El castigo y la violencia se imponían en la formación y educación. Pegar para obedecer, y no hacer preguntas; ese modo de entender la pedagogía creo que se lo han aplicado a Dios, ya  se quejaba San Juan de la Cruz de lo mal que se le interpretaba:”!Oh dulcísimo amor de Dios mal conocido!” y han proyectado sobre él esa actitud patriarcal tan nefasta; y sin embargo, Dios no castiga, es el mensaje de este pasaje Yo tampoco te condeno” Jn 8,11. Dios ofrece su ternura a los hombres. “Sentado les instruíaJn 8,2

Las enseñanzas de Jesús molestan y desestabilizan porque lo que enseñaba tenía consecuencias, y sus enseñanzas reclaman un arraigo en el corazón y tomar distancia de lo asentado que limita, que cierra

“Por la mañana volvió al templo”Jn8, 2

La iglesia es profundamente jerárquica, esto tiene una implicación en los símbolos y las imágenes que nos hacemos de Dios y de la vida cristiana. Dios Padre, alude a una imagen jerárquica y determina una forma de amar, tanto, como si Dios es madre y la iglesia es realmente fraterna. Esto es muy importante pues determina nuestras relaciones con Dios y con el mundo.

Según como lleves el vaso…….   “Porque Dios es como la fuente, de la cual cada uno coge como lleva el vaso” dice San Juan de la Cruz. Si el vaso está lleno de tus necesidades ilusas, de bobadas piadosas, o tus conocimientos  menguantes, de tus deseos prestados, se llenara de vacuidad. Si el deseo del Espíritu es grande y genuino; al contrario de lo que dijo el  cura en la novena de mi pueblo, preguntarás como la Virgen en la anunciación: “¿Y cómo puede ser esto, si no conozco varón? Entonces tendrás respuesta. Se llenará el vaso. Si el deseo de aprender es grande, también se llenará el vaso. El Evangelio da de sí lo que tu mente y tu corazón  sean capaces de  preguntarse, pedir, abrirse,, agradecer, reverenciar, recibir y hospedar

En este pasaje escribió con el  dedo. Hecho que me evoca la fragilidad humana y que La Ley debe adaptarse a ella. No hay nada  en la vida definitivo. Todo es susceptible de  revisión. Aprender es una continua adaptación a la vida por el conocimiento que vas adquiriendo; requiere pensar, interrogarse, y posicionarse para volver a aprender, y sobre todo preguntar y no callar. Está claro que si Jesús fue maestro y nosotros discípulos, nuestra condición es estar aprendiendo siempre. Jesús siembra preguntas en nosotras, y nos invita a descubrir sus tesoros.

Jesús quiere que aprendamos por eso enseñaba “La luz de Dios quiere disipar la oscuridad y derramar su sabiduría en todo lugar” Isaías 9, 2 La enseñanza tiene que ver con iluminar la vida, y darle dirección, pero “La luz es incómoda para quienes están acostumbrados a la oscuridad”. Jn 3, 20.

Para aprender, en no pocas ocasiones tendremos que desaprender.

Este evangelio va de la violencia contra una mujer, que la acusan de adulterio. Hemos aprendido  a tolerar la violencia en nuestra vida, mucha es profundamente sutil y profundamente dañina, la hemos asumido y normalizado, pero no por ello deja de ser violencia que hace daño. Con Jesús tenemos que desaprender nuestras violencias, las padecidas que las hemos “adoptado” como compañeras de vida en no pocas ocasiones, y las infringidas que son muchas y no las vemos porque las hemos vestido de terciopelo “cordial” y palabras empalagosas.

Aprender tiene que ver con romper nuestros rígidos esquemas mentales. Si Jesús hoy no rompe nuestros esquemas mentales humanos, no lo estamos recibiendo, porque así  irrumpe Jesús en la historia. ! Rompiendo!

Así comunica Jesús la vida divina, rompiendo todo esquema mental humano.

SE tiende en la formación religiosa a uniformar e invisibilizar la diversidad. La uniformidad no revela a Dios: revela los esquemas rígidos que sofocan a Dios. Sólo revela el ansia de poder y de dominio. Sólo él es el comunicador de la vida divina.

 

En este pasaje se ilustra el fin del Dios Patriarcal y el comienzo del Dios que ofrece su amistad a los hombres y mujeres. El amor a cambio de odio. “El amor transfigura todos los cálculos y estadísticas, Ya no somos una gota en el océano (La mujer: una adúltera) sino una vida y un destino insustituible, que tiene su propio valor” André Dúplex

Ser memoria y conciencia es la condición del discípulo, pero para ello, necesita vivencia, necesita experiencia significativa. “Dormir con los ojos abiertos” Madurar y crecer.

Como en un manantial descubrimos que brota el hilito del agua que sale casi de forma imperceptible, separándose, liberándose de la tierra, igual la Atención sin preconcepciones  de Dios, sin orejeras de ninguna clase, te dispone a escuchar el paso de  Dios por la vida. Dios nunca pasa en vano por nuestra vida, siempre produce un movimiento, una levantada (… de respeto, de admiración, de gozo, de interés…. de preguntas…de inquietud,  de esperanza creciente), deja dentro de uno mismo, una renovación que tiene vida propia, la vida de Dios que se va desplegando dentro de ti al ritmo que tú lo permitas. ”La vida no vale nada si no es para crecer.” canta P. Milanés.

Fue Jesús un hombre controvertido, un maestro polémico, muy lejos del personaje dócil que nos presentan.  Jesús  no  fue ni por asomo un hombre discreto (virtud exigida a las mujeres por el patriarcado). Si el modelo es Jesús, la discreción  no es  su santo y seña. Son modelos culturales lo que impone la Iglesia, no valores ni rutas evangélicas. Fue Jesús un hombre auténtico en un mundo de inautenticidad. Tuvo que suponer crispación para la autoridad religiosa.

Jesús quiso despertar conciencias, no arrullar al personal, ni  estar a bien con todos.

En cada pasaje del evangelio se encierra toda una vida de Jesús. No cuenta sólo lo que aparece y aparenta. Su voz más profunda y su latido están dentro. Cada latido bombea mil enseñanzas, mil experiencias, y se trata de que yo lata con él en la vida. El Evangelio es una voz universal, todas las dimensiones de la  vida humana están en él. El evangelio aunque lo leamos, es un libro cerrado si no interacciona con nuestra vida. Necesita de nuestra vida para hacerse fértil. Es un libro de Sabiduría,  como toda sabiduría, no se puede quedar en el aire ni en el pensamiento porque la sabiduría es experiencia.

Jesús es un Misterio que nos acompaña.

Aprender hace bien al alma.

Sentado les instruía.  Máxima acogida,acogida que determina una relación ética. La persona sólo se puede construir en base a la relación, se construye en relación dialogal tanto en el ámbito existencial como en el ámbito de la interioridad como en el religioso “Si llegamos a la edad que tenemos es porque otros nos han ido salvando la vida incesantemente”

Sentado les instruía.  Y de repente irrumpe otra vida, se produce una escena de gran violencia, las elites religiosas con mirada torcida, arrastran a una mujer para someterla a escarnio público. El Señor se levanta y no los rechaza  ni recrimina. Su presencia se impone en la escena. No se espanta de la mujer, dialoga con ella. Se espanta de ellos, de su hipocresía: “Quien de vosotros esté sin pecado que tire la primera piedra”Jn8,7

Dios no es la masculinidad magnificada. Tal como se presentan en la iglesia, los varones son los seres humanos más favorecidos por Dios, pueden llegar dónde las mujeres lo tiene prohibido. Esto es una petulancia, pero así se sienten y ejercen en realidad y se acepta como enseñanza de la iglesia. Nos ofrecen una idea de Dios que protege ciertos privilegios, nada que ver con lo que hace Jesús en este pasaje que los tira por tierra. El problema no sólo no está en quién detenta el magisterio, sino que ningún magisterio emana de un origen divino salvo el de Jesús, que mana en la intimidad de Dios. Esto es lo que enseña aquí Jesús a los doctores de la Ley. No hay más magisterio divino que Cristo vivo resucitado. Sólo suya es la autoridad.

Si somos imagen de Dios, es que Dios tiene un lado femenino, y aquí lo estaban maltratando. Dentro de la iglesia ignoran nuestra experiencia de Dios, la de las mujeres y los laicos, y es necesaria”Yo necesito la verdad de los demás” decía el beato y mártir Pierre Claverie obispo asesinado en Argelia. La iglesia no nos necesita para pensar, ni para ser; sólo, para obedecer y acatar; una pésima pedagogía, por eso los adolescentes no vuelven; una pésima experiencia, por eso se va tanta gente; y en nada facilita el encuentro con Dios.

Este no decir lo que enseñaba Jesús en este pasaje y la presencia de la mujer acusada por las élites religiosas, a mí me invita a releer la experiencia de Dios de otra manera: como experiencia de Dios en mi vida. Mi alma despertándose a una vida realmente nueva. Una invitación a expandir la mente, aprender de la sabiduría eterna, dispuesta a aceptar siempre lo nuevo, lo asombroso, como asombroso fue el encuentro de la mujer sorprendida en adulterio, con Jesús. Nos invita a situarnos en las antípodas del conformismo y la sumisión  y la voz callada, muy atentos a la vida. ”Dormir con los ojos abiertos”

¿Qué aporta la mujer al femenino divino?: La dimensión perdida de la vida de Dios, así de claro. Se usa un sistema lingüístico en que las mujeres se vuelven invisibles. Esto tiene mucho calado. El lenguaje configura la mente, lo que no está en el lenguaje no está en la mente, desaparece su realidad. En Este lenguaje sin mujeres nos privan del pleno espíritu de Dios Jesús fue un renovador del lenguaje sobre Dios, y eso tiene  que abrir la posibilidad de que todo cambie. Tenemos que tomar conciencia del femenino divino y producirá importantes cambios en la imagen que proyectamos de Dios y en la relación con él; producirá cambios en la vida del mundo y de la iglesia. Jesús en este evangelio rompió ese eje segregador. Lo tiene que romper hoy  su iglesia, algo muy difícil porque el clero tiene que pasar por una crisis de identidad.

Aprender produce libertad y muchas posibilidades; no se puede ser libre en la ignorancia.

Nuestra condición es estar aprendiendo siempre y que “el canto de nuestra búsqueda de vida eche raíces, troncos, ramas, pájaros, astros…”

¿Qué vemos en Jesús los que creemos en Dios?

¿Qué creemos que nos está enseñando hoy a cada uno de nosotros y nosotras?

Termina el evangelio diciendo Jesús a la mujer y en ella a todas las mujeres  “Ve “. Que yo interpreto con esperanza con una interpretación de los versos de Miguel Hernández:

”Volverás a mi huerto

Y a mi higuera

Por los altos andamios de mis flores

Compañera del alma compañera”.

Ilustración:  «Acoge la luz» Oleo sobre líneo de la artista británica. Constance Regardsoe 

 

[i] “Jesús se dirigió al monte de los Olivos. Por la mañana volvió al templo. Todo el mundo acudía a él y, sentado, los instruía.

Los letrados y fariseos le presentaron una mujer sorprendida en adulterio. La colocaron en el dentro, y le dijeron:

  • Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante La ley de Moisés  ordena que dichas mujeres sean apedreadas; tú ¿Qué dices?  -decían esto para ponerlo a prueba y  tener de qué acusarlo.

Jesús se agachó y con el dedo se puso a escribir en el suelo. Como insistían en sus preguntas, se incorporó y les dijo:

  • Quien de vosotros esté sin pecado tire la primera piedra.

De  nuevo se agachó y seguía escribiendo en el suelo. Los oyentes se fueron retirando uno a uno, empezando por los más ancianos hasta el último. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí de pie en el centro.

Jesús se incorporó y le dijo:

  • Mujer, ¿Dónde están ¿nadie te ha condenado?

Ella contesto:

  • Nadie, Señor.

Jesús le dijo:

  • Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más.
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