+

Oración para conservar mi rabia

 

Mima  mi rabia, cuídala

pero que no cese,

Que no pierda fuerza

pero que no pinche,

que no hiera.

Que desbroce caminos

Que empuje horizontes.

Que no ahogue la vida

Que nace con ella,

Que encienda estrellas,

Que levante auroras

De azucena y rosas

Escuelas y hospitales.

Que mi rabia llene los valles

Y despierten las campanas,

que devuelva el resplandor al día

Que sea alondra en la mañana,

tempestad que moja la tierra

Que sea mi rabia una flor

Pero que sea rabia.

Que se lleve el odio,

Los prejuicios

Que como tormenta  maligna

Han llenado

Los verdes prados, los valles púrpura

Con pedrisco

que no deja

que se encuentre la ternura.

Han golpeado la dulzura

han eclipsado la vida

En un momento.

Que corra mi corazón  delante de mí

Pero que no quede atrás mi rabia.

 

Han robado la ternura y la dulzura

de los labios de las flores

dejando un terreno brutal.

Cabalgan los lobos

en la noche gélida del mundo

a golpe de machete

con avaricia en la sangre

cerrando todas las fuentes de vida,

que respiran.

Que no se me quite la rabia.

Se lanzan ciegos contra todo lo que luce

Rompiendo abrazos,

Los versos rotos

Hechos añicos.

Oscuridad que arrastran y

detienen el curso de los ríos

Escuelas que cierran,

Hospitales que no curan, primaveras rotas,

Dinero que no vale para el pobre.

Dejan la vida a su paso

Como un vaso aplastado,

Por estandarte  llevan el dolor ajeno.

Avanzan con palabras sin lenguaje,

Y lenguaje sin palabras

Con moral inmoral

Nos dejan huérfanos de palabras

sin mentira

palabras sin traición de lo esencial

palabras de valor en toda lucha.

Torbellino que nos engulle.

Que no se me quite la rabia

Que no se me olvide nunca

que no vaya delante de mí

Pero por detrás tampoco,

Que se hipertrofia el dolor

Y la soledad  se atraganta

El amor se ahoga.

Las infancias convertidas

en callejones oscuros

Con un sol apagado.

Vienen  los que no dejan

sitios para poner sus huevos las golondrinas.

Que yo pueda dar

Una mano

Un beso

Un vaso,

una flor

Dos rosas

Un poema, o varios

que suenen en el corazón del mundo.

Que no  se olvide nunca mi rabia

Porque están pronto

Los creadores de la noche

Donde no se recrea un mañana.

Y se marchitan  los radiantes colores

de las flores.

Pudridores del color

de las miradas.

Creadores de inconsciencia.

Que no se me apague nunca mi rabia

“sensible a todos los vientos

y bajo todos los cielos

Que no olvide nunca mi rabia

Sin el odio

Sin espinas

Que no esté sola cantando al alba.

 

 

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *